SNIP creó mercado negro e informal

Por fin se piensa hacer algo realista, reestructurar como sosteníamos desde esta columna, el Sistema Nacional de Inversión Pública (SNIP) que ha creado un mercado negro e informal sin sentido técnico para beneficiar la aprobación de estudios de pre inversión beneficiando “estudios” copiados y/o mal elaborados, que son condición para que muchas oficinas de Programación e Inversiones del Sector Público a nivel del Gobierno Central, Regional y Local le otorguen viabilidad pidiendo prebendas (pagos por debajo para darles pase en algunos casos).

La inversión pública complementa a la privada y se le debe acelerar, año 2014 -2.4%; 2015 -2.7%, esto con la finalidad de ayudar al crecimiento económico y aumentar el PBI nacional. El país requiere un shock de inversiones públicas para disminuir brechas de infraestructura y reactivar la economía.

El concepto de SNIP fue traído el 2000 por los tecnócratas que aún son dueños del MEF y que enseñan diplomados en universidades y sobre la metodología, perdiendo el objetivo del sistema de evitar el despilfarro en los gastos de inversión del Estado.

La idea con el SNIP era tener un sistema administrativo, utilizado para mejorar la calidad de los proyectos, a través de principios, métodos, procedimientos y normas técnicas que tienen relación con las fases de estos. Con su aplicación se ha ampliado el ciclo del proyecto con la implementación de los estudios de pre inversión (perfil y factibilidad) lo que en algún momento exigía la pre factibilidad y se busca: a) Eficiencia en la utilización de recursos, b) Sostenibilidad en la mejora de la calidad o ampliación de la provisión de los servicios relacionados a los proyectos, c) Mayor impacto socio-económico para la población.

La pregunta es si con la aplicación del SNIP se incrementó la inversión pública, o mejoró la rentabilidad para la sociedad en su conjunto con el incremento del gasto público.

Una clara observación es que el SNIP no debió aplicarse a los proyectos de inversión pública por igual. Otra es que los “profesionales” que se consideran expertos en formular proyectos del SNIP, empiezan a ofrecer sus servicios principalmente a los gobiernos regionales y lo único que cambian es la ubicación del proyecto y los análisis respectivos son los mismos cuando es sabido que cada pueblo tiene una realidad distinta. Un PIP que debe desarrollarse en 60 días, demora 90 días, lo terminan desarrollando en 210 días, 7 meses por la incapacidad en formular proyectos.

En el SNIP cuando se ha eliminado los estudios de prefactibilidad, quedando perfil y factibilidad, tampoco contribuye a agilizarlo, el año 2015 se incrementó el techo para los estudios a nivel de perfil, hasta 20 millones de soles, pero nada de lo técnico, aquí debemos ser claros, qué tipo de proyectos deben pasar la evaluación económica requerida, por ello los proyectos que tienen que ver con la producción, su mejora, ampliación, entre otros, deben pasar esta prueba, como los del sector agricultura, producción, transportes, pero no los de educación, salud, investigación, saneamiento, estos últimos pasan mucho tiempo en una evaluación interminable, siendo aprobados por cansancio, o por presiones de los políticos, pero dejando lo técnico, ¿es necesario realizar una evaluación costo-efectividad para decidir si se hace o no una infraestructura educativa?, aquí debe primar los lineamientos de política, o los proyectos para investigación deben pasar por una evaluación beneficio costo, por eso no se aprovecha nuestra biodiversidad, pasamos más tiempo tratando de demostrar lo que es evidente para intervenir, por ello algo del puede ser necesario para proyectos relacionados a la producción.

Con la aplicación del SNIP tal como está, no se ha incrementado la inversión pública, y no se ha mejorado la rentabilidad para la sociedad en su conjunto con el incremento del gasto público.

Actualmente hay baja eficiencia en la inversión pública y lo hubo antes del SNIP, pero este sistema se utilizó únicamente para frenar el gasto público y generar un superávit fiscal.

El sistema que se implante no debe facilitar la corrupción, ni tener tufo populista. Como decía un profesor, “El bypass nunca se hubiera hecho, si hubiese habido el SNIP”.

Es hora de reestructurar este instrumento de control cuasi colonial que impone el MEF al resto de la administración pública.

Fuente
Señal de Alerta (Peru)