Es cierto, Carlos Djemal, el empresario mexicano detenido en Estados Unidos mientras se le investiga por lavado de dinero y defraudación fiscal, no aparece en el Consejo de Administración de Investabank. En ese consejo que preside el exdirector del Bancomext y exfuncionario hacendario, Enrique Vilatela, figuran nombres como Roberto Isaac Rodríguez Gálvez, David Arturo Rocha García Consejero, Eduardo Henkel Pérez Castro, Juan Manuel Ugarte Chávez, Bernardo Quintana Kawage, Juan Pablo Padilla Acevedo, Rafael Zaga Kalach, Salomón Zaga Consejero, Simón Masri Askenazi, Pedro Solís Cámara Jiménez Canet, Horacio Bernal Fernández, Alfredo Miguel Bolio, Clemente Cattan Raffoul, José Cattan, David Chomer Achar, Moisés Preciado, Manuel de Jesús Arroyo Rodríguez (propietario del periódico El Financiero), Gerardo Sánchez Torres y Roy Alberto Campos Esquerra (consejero independiente). Carlos Djemal Nehmad así como Ricardo García Chagoyán y Adrián Ramírez Soriano, comisario de la Asamblea.

Ni Djemal ni sus socios detenidos en Estados Unidos tienen cargo alguno en Investabank porque fue, precisamente, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) que preside Jaime González Aguadé la que emitió una recomendación para no incluir a Djemal en su consejo ni en cargos directivos. El problema para Djemal fue su participación en la Casa de Cambio Tiber, intermediara que estuvo involucrada en las operaciones de lavado de dinero de la Casa de Cambio Puebla y Wachovia Bank.

Ahora, Vilatela ha declarado que Investabank no está vinculado con las transacciones por más de 100 millones de dólares realizadas por Djemal y que se investigan ya en Estados Unidos. La mala noticia para Vilatela es que en el Comité de Crédito de Investabank, Djemal tenía una posición y opinión determinante en las autorizaciones de financiamientos de Investabank, una institución de crédito sin sucursales y con sólo 140 ejecutivos. Muchos testigos relatan la influencia de Charly Djemal en el Comité de Crédito del banco. Los activos, sin embargo, se ubican en más de 7 mil 434 millones de pesos cuando en septiembre 2015 se ubicaba en 3 mil 659 millones, según los reportes estadísticos de la CNBV a septiembre de este año. Su índice de capitalización es de 13.12, un nivel promedio en la banca. Sin embargo, de acuerdo con los criterios de calidad de información y transparencia de la CNBV, de 10 indicadores que califica la autoridad y para los cuales aplica Investabank, siete se encuentran en estado de alerta.

La cartera crediticia total de Investabank ha pasado de 1 mil 347 millones de pesos en septiembre de 2015 a 2 mil 264 millones de pesos, un crecimiento de 68 por ciento. La captación pasó, en el mismo periodo, de 2 mil 10 millones de pesos a 2 mil 713 millones. A septiembre de 2016, la pérdidas de Investabank suman ya 48 millones de pesos. Aparentemente no ha sido un buen negocio. Por intereses que cobra a sus clientes, Investabank ganó poco más de 200 millones de pesos.

Hace más de 3 años, Djemal junto con tres de sus socios en Tiber adquirieron The Royal Bank of Scotland y, a partir de esta licencia, constituyeron las operaciones de Investabank.

Hace 2 años entrevisté a Enrique Vilatela. Acababa de asumir la Presidencia de Investabank y la pregunta obligada fue por qué un exfuncionario que contaba con relativo prestigio se embarcaba en esta aventura. Hace 2 años eran 35 socios, logró sumar tres más en 24 meses, empresarios que representaban –según Vilatela– compañías mexicanas que consideraban que no estaban recibiendo el apoyo que necesitaban del sistema crediticio privado.

Investabank quería convertirse en un banco de empresarios para empresarios que se concentraran en el comercio exterior. Nacional Financiera y Bancomext, durante el último año, se convirtieron en una fuente de sus fondos. Investabank, por lo tanto, ha operado ya como ventanilla de este banco de segundo piso. En otras palabras, Investabank ha funcionado con el dinero de la banca de desarrollo. Guarde este dato porque será relevante.

Sin embargo, el pasado 31 de octubre algunos de los empresarios y accionistas de Investabank cayeron en desgracia cuando una Corte de Distrito del Sur de Nueva York se dio a conocer en un comunicado que había iniciado un proceso contra seis empresarios mexicanos que estarían involucrados en una red de lavado de dinero. Vilatela prometió en aquella conversación que sostuvimos que Investabank sí apoyaría a los empresarios que no eran atendidos por los grandes bancos. ¿Qué pasó?

Vilatela se había dado un plazo de 5 años para saber si Investabank sobreviviría.

En la investigación contra Carlos Djemal, Isidoro Haiat, Braulio López, Max Fraenkel, Daniel Blitzer (un estratega en marketing avecinado en Nueva York, según sus redes sociales) y Roberto Moreno, participó no sólo el fiscal Preet Bharara sino el agente especial de la Oficina del Impuestos de San Antonio, William J Cotter, así como autoridades migratorios. Djemal fue arrestado en Chicago, Moreno en Dallas, Fraenkel en Austin, Texas. Blitzer también fue presentado en Manhattan mientras que Haiat y López no habían sido detenidos cuando se dio a conocer la noticia. Haiat falleció hace 1 año. Ubicados estratégicamente, el grupo de socios de Charly Djemal –según las indagatorias– usaron complicados mecanismos bancarios para financiar sus exportaciones ficticias.

La operación que armó Djemal –según la investigación de las autoridades estadunidenses– consistía en la exportación de teléfonos obsoletos lo cual les permitía obtener un reembolso del impuesto al valor agregado, simulación fiscal en principio que se vería agravada si se confirma que ese dinero sucio ingresó a los bancos del sistema de pagos estadunidense. El dilema de Enrique Vilatela será demostrar que no conocía los negocios de Charly Djemal y que siendo accionista del banco está fuera y limpio de las irregularidades que llegaran a confirmarse. Vaya lío para Vilatela.

Las investigaciones de las autoridades estadunidenses que iniciaron con la investigación de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza establecen que Djemal y sus socios crearon empresas fantasmas para comprar celulares obsoletos, exportarlos a Estados Unidos y pedir a las autoridades mexicanas devoluciones de impuestos. Lo más grave de este episodio sería confirmar que la banca de desarrollo mexicana pudo haber llegado a financiar a alguna de estas empresas vía el fondeo que liberaba para Investabank, un banco sin sucursales. De hecho, las líneas de crédito de Nafin y Bancomext constituyeron el principal fondeo para Investabank. El caso amerita, por lo tanto, una investigación minuciosa por parte de la Secretaría de Hacienda. Fue, por cierto, Aristóteles Núñez, el exjefe del SAT, quien investigó la posible relación de la famila Vilatela Riba y algunas cuentas de HSBC en Suiza.

Algunas de las empresas fantasmas con las que se operó la exportación simulada de teléfonos celulares son Mobile Evolution, Skinet Mobile, Accet Mobile, Skinet Mobile, Hudson, Reliance Mobile y Mafra Trading, constituida en un paraíso fiscal desde 1999. Las operaciones de simulación y defraudación fiscal se habrían realizado entre 2011 y mayo de 2016, periodo durante el cual se falsificaron cartas de exportación.

¿Cómo armaron la red?

A través de un estrategia de infiltración y de los acuerdos con testigos protegidos, agentes estadounidenses se reunieron en 2012 en las oficinas de Carlos Djemal en la Ciudad de México, en las oficinas de Mobile Evolution ubicadas en Paseo de la Reforma. Allí explicaron el esquema del fraude y la necesidad de encontrar contactos en Estados Unidos dispuestos a crear empresas fantasmas. A cambio, Djemal e Isidoro Haiat ofrecían el 1 por ciento de comisión de la transacción. Los socios de Djemal en Estados Unidos que fueron capturados y que accedieron a colaborar en el caso ya fueron sentenciados por esta causa. Las expectativas de Djemal y Haiat eran obtener una ganancia mensual de 1 millón de dólares por cada operación.

Los documentos de la investigación presentada ante los tribunales estadunidenses establecen que Djemal y Haiat eran socios en Casa de Cambio Tiber además de participar en instituciones con licencias bancarias. Djemal solicitaba a sus contactos en Estados Unidos que se abriera una cuenta por cada empresa ficticia; también detalló que los mismos celulares se movían entre México y Estados Unidos; se exportaban y se importaban, por lo cual la inversión era mínima porque simplemente los celulares no existían; las autoridades aduaneras de Estados Unidos descubrieron que sólo se exportaba e importaba la carcaza; no tenían componentes electrónicos y, por supuesto, no servían.

Desde junio de 2011, la autoridades aduanera de Estados Unidos habían interceptado varios cargamentos de celulares; sin embargo, los investigadores de ese país especializados en lavado de dinero decidieron seguir con la indagatoria que les permitió comprobar que en medio de las operaciones de exportación simulada y transferencia de recursos, Djemal y Haiat compraron en 2014 la licencia para la operación de Investabank.

También se confirmó que Casa Tiber e Investabank fueron utilizados para abrir cuentas de las empresas: Reliance Mobile, Mobile Evolution, Skinet Mobile, Accent Mobile y Hudson Telecomunicaciones. Vilatela ha reconocido, sorprendentemente, que Investabank sí tuvo relación con algunas de estas empresas pero que siguió el protocolo en materia de lavado de dinero. Djemal realizó transacciones por más de 100 millones de dólares mientras Investabank perdía dinero.

Fuente
Contralínea (México)