12-1-2017

El próximo febrero termina el mandato de los cuatro presidentes de los organismos reguladores: OSITRAN, OSINERGMIN, OSIPTEL y SUNASS, y la administración del presidente Pedro Pablo Kuczynski se ha olvidado de llamar a concurso para la elección de nuevos titulares. El asunto parece de poca monta, sin embargo no lo es.

Gravísimas responsabilidades

¿Acaso no hay responsabilidad en por lo menos dos de los reguladores, OSITRAN y OSINERMING, en enormes y graves hechos que debieron ser controlados, advertidos o siquiera denunciados por ellos, y han callado en todos los idiomas?

Nos referimos a las adendas a favor de las obras de infraestructura a cargo de las empresas constructoras brasileras, todas signadas bajo el manto de la corrupción y, a los continuos derrames de petróleo en la Selva que significarán muchos millones de dólares para la remediación, además de los problemas de acceso con las comunidades indígenas afectadas, respectivamente.

En buen castellano ¿cómo permitir que silentes funcionarios, mudos incomprensibles, persistan en cargos para los cuales han demostrado fehacientemente que no dan la talla?

¿Participó Benavente en temas de constructoras brasileras?

La única y breve experiencia gerencial de la actual presidente de OSITRAN, Patricia Benavente, se dio durante la gestión anterior a cargo de Juan Carlos Zevallos Ugarte (2007- 2012), como Gerente Legal. Durante ese período se aprobaron y suscribieron un conjunto de adendas a favor de la delincuente Odebrecht por los tramos a su cargo en la Interoceánica Sur, como también por otras obras bajo supervisión del mencionado regulador, varias de ellas a cargo de las denunciadas empresas brasileras.

En todas ellas, tiene que haber emitido opinión previa OSITRAN. No se sabe de ningún cuestionamiento al proyecto respectivo presentado por el MTC o propuesto por el concesionario. Entonces, ¿cuáles de estas agendas se aprobaron con la opinión de Benavente como Gerente Legal del regulador?

A la tercera, fue la vencida

Benavente ganó la presidencia de OSITRAN en tercera convocatoria, la primera y segunda fueron objeto de muy controversiales y hasta dudosas declaratorias de Desierto. Rebajados los requisitos, como con nombre y apellido o dedicatoria, se hizo posible que doña Patricia llegara al cargo que, felizmente, está por dejar.

Pruebas al canto

Haber despedido a numeroso personal de experiencia; el sobre-dimensionamiento de poco personal calificado; la "pasantía gerencial" en que ha convertido la institución; el permitir un súper asesorado gerente general (6 ó 7 asesoras), que a pesar de ello se equivoca permanentemente, por ejemplo, al haber consumido su presupuesto a mitad del Ejercicio y haber elegido segundos por amiguismo y no por méritos profesionales, que han sumido a la entidad prácticamente en un desorden administrativo; las numerosas demandas judiciales y procesos arbitrales planteados por concesionarios y supervisores, casi todos con pronóstico negativo por varios millones de dólares, que pagaremos todos los peruanos; y, su más que dudoso papel en el tema de la Línea 2 del Metro de Lima, respecto a la seguridades en su construcción, que le ha valido incluso demandas penales.

Entre otras muchas razones de peso, las antecitadas, deben obligar al Ejecutivo a convocar al concurso que debió ser efectuado ya hace varias semanas, de manera que el país se vea libre, por fin, de esa plantilla de ineptos.

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