Al 17 de enero de 2027, Petróleos Mexicanos (Pemex) habrá gastado más de 3 mil 453 millones 395 mil pesos en la inexistente Refinería Bicentenario. Y es que durante los próximos 10 años, la petrolera erogará 10 millones 865.77 pesos al mes, más intereses, para saldar el costo del terreno donde iba a construirse la instalación, ubicado en Atitalaquia, Tlaxcoapan y Tula de Allende, Hidalgo.

Los más de 3.4 mil millones de pesos destinados a ese proyecto –aprobado, en 2008, por el gobierno de Felipe Calderón y cancelado, en diciembre de 2014, por el de Enrique Peña– incluyen los gastos relacionados con la barda perimetral y la reubicación de tres canales de riego y de líneas de transmisión eléctrica que cruzaban el terreno, por 1 mil 388 millones 597.4 mil pesos, pagados entre 2011 y 2015.

Los otros gastos relacionados con la Bicentenario tienen que ver con el precio del terreno: un pago hecho en 2015 a favor del gobierno de Hidalgo por 613 millones 311.8 mil (que sólo cubrió intereses); y una deuda diferida a 10 años, por 1 mil 451 millones 485.9 mil pesos.

Respecto de este adeudo, el 25 de mayo de 2016, la Dirección de Proyectos de Pemex Transformación Industrial suscribió el pagaré en el que se obligó a pagar al gobierno de Hidalgo esa cantidad.

La subsidiaria se comprometió a realizar “130 pagos mensuales que causarían un interés sobre saldos insolutos, conforme al porcentaje que resulte de la Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE) que fije el Banco de México, a un plazo de 28 días, más 0.9 puntos porcentuales que se generarían a partir del pago”, revela el más reciente informe de la Auditoría Superior de la Federación.

Consultado sobre estos gastos a costa del erario, el ingeniero Moisés Flores Salmerón –integrante del sindicato independiente de Pemex Unión Nacional de Trabajadores Técnicos y Profesionistas– considera que “es un engaño más a nuestro pueblo mexicano. Es un autorrobo que se debe denunciar y exigir el regreso de ese recurso”.

Para el experto en la industria petrolera, las autoridades “deben meter a la cárcel a los involucrados por no cumplir con la construcción de la refinería que tanta falta nos está haciendo en estos momentos críticos [por el gasolinazo]”.

Gasto innecesario

Para el máximo órgano de fiscalización, el gasto que asumió Petróleos Mexicanos por el terreno en Hidalgo es injustificado. En la auditoría “Reversión de los Terrenos Adquiridos para la Construcción de la Refinería Bicentenario”, señala que la subsidiaria “no justificó ni acreditó documentalmente la necesidad de conservar el terreno que le donó el gobierno de Hidalgo”.

Ello, porque la construcción de la nueva refinería se suspendió el 4 de diciembre de 2014 “por considerarse más conveniente para el país la modernización de las refinerías ya existentes”.

No obstante, en la sesión 173 del Consejo de Administración de Pemex Refinación, del 10 de junio de 2015, la Subdirección de Proyectos expuso la intención de que la petrolera adquiriera el terreno, porque “realizó mejoras al terreno que recibió en donación en preparación para la construcción de la nueva refinería”.

Éstas, detalló, “consistieron en la remoción de líneas de alta tensión, canales de riego, tiraderos municipales de basura y la construcción de una barda perimetral, lo que incrementó el valor comercial del inmueble”.

En la exposición de motivos, admitió que “las condiciones actuales del mercado de hidrocarburos y de varias refinerías generaron que la construcción de la nueva refinería se suspendiera”. Y recordó que, “previa aprobación del Ejecutivo federal, se modificó el alcance y denominación del compromiso del gobierno CG-083 Refinería Hidalgo, por el de aprovechamiento de residuales en la Refinería Miguel Hidalgo”. Ello hacia factible la aplicación de la reversión de los terrenos al gobierno de Hidalgo, prevista en el contrato de donación.

Aunado a ello, “el gobierno de Hidalgo había indicado que no tenía interés sobre el inmueble”.

El interés de la subsidiaria en el terreno resurgió por la presión hidalguense: en el oficio DGPR-GCG-808-2015, del 30 de abril de ese año, la Gerencia de Control de Gestión informó a la Subdirección de Administración y Finanzas de la entonces Pemex Refinación, que el gobierno de Hidalgo manifestó su interés para que se le restituyeran los recursos económicos erogados por la compraventa de los predios que donó para la construcción de una nueva refinería, con lo que Pemex Refinación conservaría el predio (700-13-34.152 hectáreas), mediante la modificación de la cláusula sexta del contrato, transformándolo de una donación pura, simple y gratuita, en una “donación con carga”.

Posteriormente, en el Acuerdo CAPR-24/2015, el Consejo de Administración autorizó “realizar las gestiones y negociaciones que correspondan ante el gobierno de Hidalgo para conservar en el patrimonio de Pemex Refinación el inmueble adquirido por donación para la construcción de una nueva refinería, sujeto a que el avalúo de los terrenos donados arroje un valor superior al que se pagará por concepto de carga económica”.

Además, se autorizó celebrar con Hidalgo un convenio modificatorio al contrato de donación para cambiar su naturaleza de simple y gratuita por una donación con carga. Ésta se fijaría en el monto equivalente al erogado por el donante por concepto de capital e intereses del crédito bancario contratado para la adquisición del terreno, así como el monto necesario para la liquidación de dicho crédito.

Ante el señalamiento hecho por los auditores respecto de que la adquisición del terreno es injustificada, Pemex Transformación Industrial –a través de la Subdirección de Programación y Control, la Dirección de Proyectos– y la Gerencia de Administración Patrimonial de Bienes Inmuebles de Pemex “consideraron conveniente mantener el terreno en su patrimonio, debido a su potencial uso para otros proyectos susceptibles de generar valor económico para el organismo o para las empresas productivas subsidiarias”. Ello, sobre todo, por la ubicación estratégica y la plusvalía del inmueble.
Nuevo proyecto: otra refinería

Según la petrolera, son tres los proyectos que podrían construirse en el terreno. Entre ellos, una refinería: en ese lugar podría construirse una central de almacenamiento y bombeo de productos refinados, que incluya 600 mil barriles de almacenamiento, casa de bombas y llenaderas; el sitio también podría dedicarse al almacenamiento estratégico de crudo para las refinerías de Tula y Salamanca, hasta por 1 millón de barriles, “o retomar la construcción de una nueva refinería como resultado de alguna alianza estratégica”.

Al suspender definitivamente el proyecto de la Refinería Bicentenario, el propio Pemex argumentó que lo más conveniente para el país era modernizar las refinerías ya existentes.

Ahora, el costo por la inexistente Refinería Bicentenario podría ser mucho mayor: 3 mil 648 millones 56 mil pesos. De acuerdo con la ASF, por la donación pura, simple y gratuita del terreno se registró un cargo en la cuenta 1501, “Terrenos”, con abono en la 3107 “Superávit por Donación”, por 980 millones 186.8 miles de pesos.

“Por la donación con carga, el registro se efectuó con cargo en la cuenta 6108, ‘Operaciones Refinerías’, y abono en las cuentas 2102, ‘Proveedores Nacionales’, y 2113, ‘Cuenta Corriente Inter-organismos’, por 2 mil 54 millones 558.1 mil pesos.”

Y “por los pagos al gobierno de Hidalgo, se realizó cargo en la 2102, ‘Proveedores Nacionales y Abono’ en la 1106, ‘Caja de Egresos Virtuales’, por 613 millones 311.8 mil pesos”.

Al realizar la verificación física del terreno donado, el 22 de junio de 2016 los auditores constataron la existencia del predio; al interior de éste, una zona considerada como arqueológica, según el dictamen del Instituto Nacional de Antropología e Historia; una barda perimetral; y obras realizadas para los trabajos de reubicación de tres canales de riego que cruzan el predio, así como la reubicación de las líneas de transmisión eléctrica Tula-Querétaro y Tula-Poza Rica.

“Sin embargo, durante el recorrido no se observó la realización de trabajos para el desarrollo de otro proyecto,” advierten en su informe.