El gobierno de Theresa May finalmente desmintió las acusaciones del juez estadounidense Andrew Napolitano, posteriormente repetidas por el vocero de la Casa Blanca Sean Spicer, quien declaró que el GCHQ [1] interceptó las comunicaciones telefónicas de la Trump Tower por cuenta del entonces presidente estadounidense Barack Obama.

Pero al mismo tiempo se ha sabido que «en enero» el gabinete británico aceptó la dimisión del actual director del GCHQ, Robert Hannigan, supuestamente motivada por razones de índole personal. Según el Sunday Times, Hannigan sería reemplazado próximamente por el actual director del MI5, Jeremy Fleming [2].

El hecho es que las relaciones entre Londres y Washington están haciéndose tensas porque la administración Trump considera que los británicos son aliados del Estado Profundo estadounidense, que trata de torpedear la acción gubernamental del nuevo presidente.

[1El GCHQ (siglas del Government Communications Headquarters o Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno) es el órgano de inteligencia británico que se dedica a la intercepción de las comunicaciones internacionales. Nota de la Redacción.

[2“New boss for embattled GCHQ”, Richard Kerbaj, Sunday Times, 19 de marzo de 2017.