Lucha denodada contra subdesarrollo

El Perú es un país rico. Tenemos riquezas de todo tipo, minería, pesquería, fauna, flora, extensiones grandiosas de áreas cultivables y buen clima. Además nuestro mejor recurso, nosotros, los peruanos que cuando salimos a cualquier parte del mundo triunfamos y nos va muy bien. Somos competitivos y motivados, inteligentes y creativos y muy buenos trabajadores.

Entonces si tenemos todo esto ¿por qué rayos seguimos siendo subdesarrollados?

Las riquezas mal utilizadas no duran mucho y no proporcionan bienestar a sus dueños. El tema es ese ¿quién es el dueño de estas riquezas? ¿es el Estado o somos nosotros?

El Perú, desde la llegada de los españoles, dejó de ser de los peruanos incas y pasó a ser de ellos, los extranjeros. Su sola misión fue extraer nuestras riquezas y regresar a España o de donde vinieron, para gozarlas allá. Los españoles no llegaron a hacer patria, a crear un país. Llegaron a explotar y saquear. Es así, con esa mentalidad que crean leyes y reglas que condicionaban al indígena, al peruano, a existir sirviéndolo y esclavizado por ellos.

Es parte de la historia, cómo usaron la mita para esclavizar y explotar en las minas; cómo usaron la encomienda forzando al servidor a pagar en plata todos los años, viéndose éste siempre supeditado a tener que cambiar sus cosechas, tierras o trabajo por plata que ellos no podían extraer, ya que sólo los españoles tenían ese derecho y capacidad; y cómo usaron el trajín para convertir al verdadero dueño del Perú, en un animal de carga, en todo momento.

Nuestra esclavitud aún continúa, en manos de unos cuantos que con el beneplácito y en sociedad con los gobernantes de turno nos explotan e ignoran nuestras necesidades básicas. Para ellos nuestro derecho a la propiedad, libertad o a nuestro tiempo no existe. El derecho a una vida mejor es inexistente.

¿Acaso no vemos cómo el tráfico de la ciudad nos quita lo más valioso que tenemos, que es el tiempo?; ¿no vemos cómo los bancos, con todo los millones que tienen, nos hacen estar en colas larguísimas, zurrándose en el tiempo y beneficiándose de nuestro dinero?. ¿O no vemos cómo el Banco de la Nación operando su monopolio, obliga a la gente a hacer colas que dan vuelta a la manzana?. ¿O la SAT, con sus procesos que demoran días para resolverse, o el Poder Judicial que tarda años para ejercer justicia, que en su mayoría llega tarde y ya no es justicia?. Podría continuar, pero sería innecesario ya que todos los peruanos lo vivimos día a día.

En resumen, aún seguimos existiendo bajo las reglas de extracción creadas por los españoles, el Estado es un administrador que deja mucho que desear y no beneficia a todos los peruanos, solo a unos pocos y al resto los exprime. ¿Cuál es el resultado?: ser poco productivos, sueldos bajos y que Perú sea subdesarrollado donde ni siquiera podemos armar un televisor.

¿Qué hacer?

Comencemos por los bancos, regulación de los intereses onerosos, no permitir que estos y compañías financieras cobren más del 25% al año en intereses. Dicho sea de paso, esto existe en los EEUU. Emitir reglas para que no se permita que los clientes de los bancos esperen más de 5 minutos en cola. Eso los obligar a emplear a más gente, crear más trabajo y dar un mejor servicio.

El Poder Judicial debe tener 6 meses como plazo máximo para archivar o acusar a quien sea denunciado. Así se contratarían más fiscales, se modernizaría el sistema y se ejercería justicia verdadera.

Los notarios deberían dejar de ser abogados y ser gente proba sin sentencias y con solidez moral y educación superior comprobada. Solo cumplirían con la función de verificación de firmas en copias. Los demás procesos los podrían hacer cualquier abogado.

Se deben dar incentivos reales para que los pequeños empresarios se formalicen, PPK en campaña dijo que bajaría el IGV, pero después lo condicionó a el crecimiento del país, el cual no existirá este año, y por lo tanto el IGV no se reducirá. Lo que no entiende PPK y el ministro Thorne es que reducción del IGV que al momento es opresivo, no es sinónimo a reducción de ingresos al Estado. Se puede sustituir con otro impuesto mucho menor y que afecte a toda la población dependiendo de su capacidad de gasto, permitiendo al Estado recabar igual o más, en forma más eficiente y sobre todo, dando al ciudadano común o empresario formalización y respiro, más dinero en el bolsillo para que gaste o ahorre.

Obligar a los organismos y oficinas del Estado a proveer una atención inmediata al ciudadano dejando de poner trabas para cualquier trámite, como cuando uno presenta un documento y le piden copia del DNI y de vigencia de poder. ¡Para eso están los sistemas y que los funcionarios verifiquen en línea.

El Estado tiene que estar al servicio del ciudadano.

Incentivar la manufactura y creatividad, facilitar patentes y defenderlas correctamente para que se respeten, no más, “es plagio no copia” o sandeces de ese tipo.

Reinstaurar el servicio militar obligatorio y las clases de educación cívica, historia, geografía y formación militar en los colegios. Nuestras futuras generaciones tienen que estar listas a defender su Perú con orgullo y conocimiento.

¿Quien tendrá los pantalones bien puestos para hacerlo?