El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, expresó su oposición al plan ruso-estadounidense de paz para Siria. Al hacer uso de la palabra en un meeting de su partido político, el Likud, Netanyahu citó informaciones difundidas por la BBC según las cuales Irán habría sido autorizado a instalar una base militar permanente cerca de Damasco, la capital de la República Árabe Siria (Ver las fotos que acompañan esta breve).

Israel había solicitado que se prohíba la presencia de tropas iraníes a menos de 40 kilómetros de la línea de alto al fuego entre Israel y Siria.

Ese pedido israelí resulta incongruente dado el hecho que Tel Aviv respalda activamente a los yihadistas que tratan de derrocar la República Árabe Siria desde marzo de 2011 y que nunca ha dejado de garantizarles armamento y apoyo aéreo. Irán, por el contrario, ha combatido a los terroristas y un millar de iraníes han vertido su sangre luchando junto a la República Árabe Siria. Sería, por tanto, sorprendente que, siendo uno de los perdedores de esta guerra –que ha librado a través de intermediarios–, Israel pudiese imponer condiciones.

Según varios medios, el ministro de Defensa de la Federación Rusa, Serguei Choigu, calificó la exigencia israelí como irrealista, dado el hecho que Israel ocupa ilegalmente las alturas sirias del Golán.

Estados Unidos y Rusia parecen haberse puesto de acuerdo sobre la creación de una zona neutral de 15 kilómetros que vendría a agregarse a la actual línea de demarcación del Golán.

El primer ministro Netanyahu afirmó ante su audiencia que el ejército de Israel se reserva el derecho a intervenir en Siria «en función de sus necesidades en materia de seguridad».

Fotos de la base de El-Kiswah, situada 14 kilómetros al sur de Damasco.

©Airbus, McKenzie Intelligence Services
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