Por orden de mi gobierno, quiero llamar la atención de usted sobre lo siguiente.

Luego del lanzamiento de un misil, anunciado el 4 de noviembre de 2017, desde Yemen hacia Riad, las autoridades del Reino de Arabia Saudita, principalmente su príncipe heredero y su ministro de Exteriores, han acusado a la República Islámica de Irán de entregar misiles a Yemen con el objetivo de atacar Arabia Saudita. Basándose en esa afirmación infundada, han sostenido que esas medidas constituían de parte de Irán una «agresión militar directa» y un «acto de guerra», amenazándolo con la consiguiente respuesta.

La República Islámica de Irán rechaza esas acusaciones carentes de toda base, considerándolas destructivas y provocadoras, y constitutivas de una amenaza de uso de la fuerza contra un Estado Miembro de la Organización de las Naciones Unidas, con evidente desprecio de lo dispuesto en el párrafo 4 del Artículo 2 de la Carta de las Naciones Unidas.

Ese tipo de declaraciones provocadoras de Arabia Saudita no tiene otro objetivo que atribuir las responsabilidades a otros y desviar la atención de la guerra de agresión que ella misma libra contra Yemen. Pero no pueden exonerar al Reino de Arabia Saudita de su responsabilidad internacional en los crímenes de guerra y las violaciones del derecho internacional humanitario que han sido cometidas, como el mantenimiento del bloqueo al acceso de la ayuda humanitaria a un Yemen ya afectado por la hambruna. La situación alarmante que enfrenta Yemen sólo puede empeorar aún más luego de la reciente decisión de cerrar todos los aeropuertos, puertos marítimos y puertos internos de Yemen, decisión adoptada por la coalición que Arabia Saudita dirige y cuyo efecto endurece más el bloqueo inhumano impuesto a Yemen, sobre todo teniendo en cuenta la epidemia de cólera sin precedentes que se ha declarado y que se extiende por ese país y la hambruna que ya lo afecta. La agravación de la situación humanitaria en Yemen ha sido descrita recientemente por altos responsables de la ONU, con toda razón, como «la crisis de alimentos y epidemia de cólera más graves del mundo», y de ellas deben ser considerados responsables Arabia Saudita y quienes la apoyan.

Luego de más de 2 años y medio de ataques a ciegas y de asesinatos de yemenitas inocentes, los sauditas y sus aliados deberían haber tomado conciencia del hecho que no existe solución militar en Yemen. Irán, por su parte, sigue defendiendo la posición que ha mantenido desde hace mucho tiempo: que la única salida a la crisis en Yemen pasa por un arreglo político global entre yemenitas, por parte de los yemenitas.

La República Islámica de Irán reitera que su política exterior se basa desde siempre en el establecimiento de relaciones de amistad con todos sus vecinos del Golfo Pérsico y en el fortalecimiento de la paz, de la seguridad y de la prosperidad en la región. Irán llama a la contención y a la sabiduría, más que a la provocación y la amenaza que pueden provocar aún más inestabilidad en esta región, ya presa de tensiones.

Es conveniente hacer saber a Arabia Saudita que tiene el deber de respetar el derecho internacional y los objetivos y principios enunciados en la Carta de Naciones Unidas y abstenerse de recurrir a la amenaza o al uso de la fuerza contra otros Estados.

Agradecería a usted que tuviese a bien distribuir el texto de la presente carta como documento del Consejo de Seguridad.