Al inicio de la «primavera árabe», los Emiratos Árabes Unidos pusieron en manos de Larry Sanchez (ver foto), un ex responsable del servicio clandestino de la CIA, la tarea de formar y reorganizar los servicios de inteligencia emiratíes. Este personaje realiza esa labor en calidad de director general de la firma CAGN Global. También están implicadas en ese programa otras firmas, como LUAA y DarkMatter.

Otro consejero del príncipe heredero emiratí en temas de inteligencia es el ex zar antiterrorista de la Casa Blanca, Richard Clarke –el hombre que puso en aplicación el Plan de Continuidad del Gobierno el 11 de septiembre de 2001–, hoy director de Good Harbour Security Risk Management.

Según la versión oficial estadounidense sobre los atentados perpetrados en Nueva York y Washington el 11 de septiembre de 2001, versión que los Emiratos Árabes Unidos nunca han creído, había 2 emiratíes entre los terroristas que secuestraron los aviones de pasajeros lanzados contra las torres gemelas del World Trade Center y el Pentágono.

Según la publicación estadounidense Foreign Policy, la transferencia de know how en materia de inteligencia no es, en principio, legal y sería actualmente objeto de investigación por parte del FBI.