Emiratos Árabes Unidos, miembro de la coalición saudita contra Yemen, desea la creación de un nuevo Estado que le permita controlar la región yemenita de Adén. El estratégico puerto de Adén ya es explotado actualmente por la empresa Dubai Ports World.

El proyecto de división de Yemen entre la facción yemenita respaldada por Arabia Saudita y la facción yemenita proiraní podría llevar al restablecimiento de la paz pero también concretaría el fracaso del presidente yemenita Abd Rabbo Mansour Hadi, hoy refugiado en Arabia Saudita, cuestionando además el plan israelo-saudita de explotación de los recursos energéticos del desierto de Rub al-Khali y la autoridad del príncipe heredero del trono saudita Mohamed Ben Salman.

Al favorecer la división de Yemen, Emiratos Árabes Unidos se pasa de hecho al bando de Irán, después de haber estado del lado de Arabia Saudita en el enfrentamiento entre Riad y Teherán que hoy se desarrolla en Yemen.

El nuevo Estado yemenita se crearía en los territorios de lo que antes fue Yemen del Sur –la prosoviética República Democrática Popular de Yemen (1967-1990), posteriormente convertida en República Democrática de Yemen antes de la reunificación yemenita).

Por su parte, Arabia Saudita restablecería la antigua República Árabe de Yemen –también conocida como Yemen del Norte (1962-1990) antes de la reunificación.

Sin embargo, las alianzas de los tiempos de la guerra fría se han visto totalmente modificadas en función de lógicas que ya no son de carácter político sino de naturaleza tribal. Durante los últimos años, numerosos ex marxistas se han unido a al-Qaeda mientras que antiguos prooccidentales se han puesto del lado de Irán.