Carta al presidente del Perú, Martín Vizcarra

Lima, abril 9, 2018

Señor Presidente de la República
Martín Vizcarra Cornejo
Palacio de Gobierno
Ciudad

De mi consideración:

Pocos meses atrás, el gobierno –hoy bajo su mando- estableció precio y forma de pago para la producción excedente de papa. Es preciso no olvidar las intensas protestas de los productores con marchas y bloqueo de carreteras hasta que se solucionó el impase de la manera descrita.

Perú se vanagloria de tener más de 2000 variedades de papa y el Instituto de la papa, pero se omite decir al mundo que los más pobres del mundo, también, habitan en nuestra Sierra altoandina, sembrando papa y que venden a los acopiadores a S/ 0.10 céntimos de Sol, que no tienen seguro de salud, tampoco escuelas para sus hijos, no gozan de vacaciones en toda su vida, seguro o pensión de retiro, lo que obliga a que los hijos asuman la obligación de mantenerlos cuando están muy ancianos y ya no puedan arar la tierra. ¿Qué se ha planeado hacer para apaciguar este gran problema?

En la mayoría de los países que siembran papa sus agricultores llevan una vida digna, sus hijos van al colegio, a las universidades públicas o privadas, poseen seguro médico y de retiro.

Esas naciones tienen algo en común, aparte de una vida digna, y es que el 60% de la producción de papa la industrializan, excepto China que lo hace en un porcentaje del 99%. Perú apenas si procesa el 2%: 1% en chuño y 1% en papa seca para hacer carapulcra.
El Peru importa harina de papa de la China.

En ciernes está la cosecha de la temporada de papa actual y todo indica que habrá una cantidad enorme del tubérculo. El gobierno debe interrogarse con suma urgencia ¿a dónde irá esa producción excedente? Porque, hay que decirlo, los consumidores institucionales, fuerzas armadas y otros, no duplicarán o triplicarán su consumo.

Un camino formidable sería que el gobierno se asocie con la empresa privada para la industrialización de esa papa para vodka o bioetanol. Imprescindible reiterar que países como China (99%) y Japón (66%) usan la papa en forma industrial y exportan con grandes dividendos esa conversión. Si ya está el camino exitoso trazado en otros países, ¿qué esperamos para impulsar aquí este paso genuinamente válido?

Es pertinente recordar algunos datos:

¿A qué escenario se enfrenta el poblador altoandino?

  • Altos índices de desnutrición
  • Altos índices de mortandad infantil
  • Altos índices de analfabetismo
  • Precios irrisorios para sus artículos agrícolas como la papa
  • El Estado tiene poca o nula presencia en su vida

En resumen: EXTREMA POBREZA

Examinemos las siguientes tendencias:
 La producción mundial de papa ha crecido en los últimos 10 años. El 2003 fue de 310 millones de toneladas, mientras que en 2013 fue de 376.45 millones de toneladas, reflejando tendencias diferentes de la producción y utilización de la papa en los países desarrollados y en desarrollo.
 Es importante notar que China, un país que no usaba papa en su dieta como uno de los alimentos principales, tan es así que los que han ido al chifa alguna vez, nunca habrán encontrado en ningún plato a la papa como ingrediente principal ni secundario. Hoy China es el mayor productor de papa en el mundo, con casi el 25.5% de la producción mundial.
 Perú el país de la papa, produce solamente el 1.21% y es el último en rendimiento entre los TOP20, produciendo 14.41 toneladas por hectárea.

Hay que destacar que:
 3 países de Europa Oriental ubicados entre los 10 primeros, tales como la Federación Rusa, Ucrania y Polonia, producen el 15.61% (en el 2003 produjeron 22.2% del total mundial), que destinan alrededor del 50% para la producción de vodka, han caído en 7%. Aquí se presenta una oportunidad para cubrir ese déficit.
 Perú, en el puesto 17 en producción mundial (último en rendimiento por toneladas por hectárea, ranking de los Top 20 Productores) contribuye tan solo con el 1.21% de la producción mundial y procesa tan solo el 2% de ésta.
 Estados Unidos procesa el 50% de su producción de papa.

Industrialización efectiva de la papa:
 El gobierno tiene la obligación moral y el compromiso social de velar por todos los peruanos, más aún por los más necesitados siempre excluidos.
 Si el gobierno creara a través de entidades privadas en todas esas zonas productoras de papa, módulos para deshidratarla –molnios- y convertirla en puré de papas y/o en harina para diversidad de usos como preparar fideos, ñoquis (que en Europa y especialmente en Italis estos fideos de papa son mucho más apreciados y desde luego más caros).
 Estos molinos serían además centros de acopio: deshidratadoras, procesadoras de productos agro-industriales como es el puré de papa, harina, alimentos para animales, etc., sería operado por una entidad privada seleccionada por el gobierno y que garantice que el producto terminado sea apto para la exportación y de la calidad más óptima.

El previsible exceso de producción debe ser tenido en cuenta bajo las siguientes consideraciones:
 Si hoy producimos el 1.21% de la producción mundial, ojalá produjéramos el 3 ó 4%, pero ¿qué haríamos con el excedente de papa? En el Perú no habría suficiente gente para comerla. El Estado no tiene recursos suficientes para comprar el excedente. La solución está en industrializar la papa que tradicionalmente se procesa sólo el 2% comparado con Estados Unidos, que industrializa el 50%.

Por tanto y poniéndome a disposición si se tratara de una exposición personal de este muy sensible problema ad portas, quedo de usted subrayando las consideraciones más altas de mi estima personal.

Julio A. Salazar

Documento ingresado a la presidencia del Perú

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