El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio un plazo de entre 90 y 180 días, según los sectores, a todos los países y empresas privadas para que pongan fin a todo intercambio con Irán.
 Las sanciones sobre los metales, la moneda, la deuda y todo tipo de vehículos automóviles serán aplicables a partir del 7 de agosto de 2018.
 Las sanciones relativas a los sectores bancario y petrolero serán aplicables a partir del 5 de noviembre.

Desde la Unión Europea, algunas voces solicitan exenciones, al menos para la ejecución de los contratos ya firmados, lo cual concierne a empresas como Airbus, Lufthansa, Peugeot, Siemens, Total, entre otras.

Otras voces exigen que la Unión Europea aplique al caso de Irán el sistema creado en 1990 para oponerse a las sanciones unilaterales de Estados Unidos contra Cuba. En ese caso, las empresas europeas que obedezcan a Washington serían sancionadas por la Unión Europea, que además ya no reconocería como competente a ningún tribunal comercial no europeo para pronunciarse sobre el tema. Pero nadie sabe si ese mecanismo sería eficaz hoy en día ni cuál sería la respuesta de Estados Unidos.

La mitad de los intercambios de Irán están dirigidos actualmente a la India y China. Todavía se desconoce la reacción de la India ante las sanciones estadounidenses contra Irán y es altamente improbable que China se pliegue a las exigencias de Estados Unidos.

Por otra parte, el Departamento del Tesoro estadounidense ha adoptado sanciones contra varias empresas y personalidades de los Emiratos Árabes Unidos que en el pasado ayudaron a evadir el embargo estadounidense contra Irán. El puerto de Dubai debe su prosperidad a la evasión de las sanciones de Estados Unidos contra la República Islámica.