Un avión militar ruso Ilushin-20 desapareció de las pantallas de los radares en el Mediterráneo, a 35 kilómetros del litoral sirio, el 17 de septiembre de 2018, hacia las 22 horas (hora de Siria), cuando regresaba a la base aérea rusa de Hmeymim, en Siria, con 14 personas a bordo.

El incidente se produjo en momentos en que cuatro F-16 israelíes atacaban, desde aguas internacionales del Mediterráneo, el Instituto de Industrias Técnicas de la ciudad siria de Latakia. La defensa antiaérea siria logró destruir en vuelo varios misiles enemigos.

Israel está atacando ahora los centros científico-técnicos vinculados a las fuerzas armadas sirias, una estrategia que continúa de hecho el programa israelí de asesinatos contra científicos vinculados a la actividad militar en países del Medio Oriente, programa ya aplicado contra Irán e Irak.

Estados Unidos acusó inmediatamente a Siria de haber derribado el avión militar ruso al responder al ataque israelí.

Pero Siria acusa la fragata francesa Auvergne, desplegada en el Mediterráneo, de haber participado en el ataque, lo cual París niega, como de costumbre.

Numerosos satélites pudieron registrar el ataque aéreo israelí del 17 de septiembre y la respuesta de la defensa antiaérea siria.

El Ilushin-20 ruso era un avión con 4 motores de hélice y realizaba una misión de observación de las fuerzas navales occidentales desplegadas frente a la costa Siria cuando los aviones israelíes iniciaron su ataque aéreo contra Siria.

El estudio de las grabaciones muestra:

  1. Que la fregata francesa Auvergne disparó efectivamente misiles hacia Siria;
  2. que al menos uno de los aviones agresores israelíes se escudó tras el avión ruso, de manera que este último fue alcanzado por la defensa siria.

Utilizar un avión de un tercer país para protegerse de la defensa antiaérea constituye un acto de guerra contra el país del avión utilizado involuntariamente como escudo, exactamente lo que hizo Israel en contra de Rusia.