La Federación Rusa entregará en 2 semanas a la República Árabe Siria baterías antiaéreas del tipo S-300 y modernos sistemas de control automatizado para los puestos de mando de la defensa antiaérea siria, equipamiento que hasta sólo estaba disponible en las instalaciones militares rusas en ese país árabe.

La información difundida por el ministerio de Defensa ruso no especifica el tipo de S-300 que serán entregados a Siria. En 2013, la Federación Rusa había anunciado a Siria la entrega de la variante S-300-V4, decisión finalmente cancelada para no poner en peligro el predominio aéreo de Israel en la región.

El ministro ruso de Defensa, Serguei Choigu subrayó que la entrega de misiles antiaéreos S-300 a la República Árabe Siria «garantizará la gestión centralizada de todas las fuerzas e instalaciones de la defensa antiaérea siria, la vigilancia del espacio aéreo y la adopción de decisiones rápidas. Más importante aún, la identificación de todos las aeronaves rusas por los medios de la defensa antiaérea siria quedará garantizada».

La decisión de Moscú es una respuesta al ataque británico-franco-israelí del 17 de septiembre de 2018 contra la ciudad siria de Latakia, operación que provocó el derribo por error de un avión militar ruso de reconocimiento Ilushin-20 que quedó bajo el fuego de la defensa antiaérea siria.

La República Árabe Siria será así el 17º país que se equipa con el sistema ruso de defensa antiaérea S-300.

Los misiles antiaéreos del sistema S-300, con un alcance efectivo de 300 kilómetros, harán imposible el sobrevuelo del territorio sirio o la aproximación de aviones enemigos desde el Mediterráneo o desde algún país vecino y su entrega a Siria constituye una seria advertencia para las fuerzas aéreas del Reino Unido, Francia e Israel.

La entrega a Siria de esos modernos sistemas antiaéreos rusos pone fin al predominio aéreo de Israel en el Medio Oriente. Fue por cierto a pedido de Estados Unidos que la entrega de los S-300 había sido anulada hace 5 años, en aras de proteger las capacidades aéreas de Israel, por lo que la nueva decisión rusa indica que el “veto” estadounidense ya no tiene valor para Moscú.

En Washington, el consejero de seguridad nacional estadounidense, John Bolton, calificó la decisión rusa de «escalada», probablemente para preservar la imagen del presidente Donald Trump en el marco de la campaña electoral legislativa.

Pero el ministro ruso de Defensa comentó que en Moscú «estamos convencidos de que la adopción de estas medidas permitirá enfriar las “cabezas calientes” y desestimular las acciones insensatas que amenazan a nuestros militares», en clara referencia a Israel, señalado por Rusia como responsable de la muerte de los 15 militares rusos que se hallaban a bordo del Ilushin-20 derribado en el incidente del 17 de septiembre.