El ministro de Defensa de Israel, Avigdor Lieberman, renunció a su cargo el 14 de noviembre ‎de 2018, después de la firma de un alto al fuego entre Israel y el Hamas. ‎

Lieberman entró en conflicto con el primer ministro Benyamin Netanyahu desde el momento en ‎que Israel autorizó a Qatar a enviar combustible a Gaza y a transferir fondos en efectivo al Hamas fondos. También se opuso al alto al fuego entre Israel y el Hamas.‎

Partidario de la separación física (apartheid) entre judíos y árabes en Israel, Avigdor Lieberman ‎considera una locura conceder un poder ilegítimo a Qatar en Gaza y permitir la entrega de ‎medios al Hamas. Según Lieberman, es evidente que esas decisiones disminuirán la tensión por ‎algún tiempo pero también permitirán a largo plazo una intensificación de las actividades ‎terroristas de la Hermandad Musulmana. ‎

Aunque la prensa internacional afirma lo contrario, Lieberman está interesado en la paz mientras ‎que el aparato militar israelí prefiere mantener el statu quo y Benyamin Netanyahu sigue ‎tratando de concretar el proyecto de Gran Israel de Zeev Jabotinsky. ‎

El sionista religioso Neftali Benett, mucho más extremista que Lieberman, lanzó al ‎primer ministro un ultimátum, amenazándolo con abandonar la actual coalición gubernamental y ‎hacer caer su gobierno si no pone en sus manos el ministerio de Defensa. ‎

Según un sondeo realizado durante el mismo día, cerca del 75% de los israelíes están de acuerdo ‎con el análisis de Lieberman. Al anunciarse el alto al fuego, numerosos israelíes residentes a ‎menos de 30 kilómetros de la franja de Gaza –en la región que ha sido blanco de los lanzamientos ‎de cohetes desde que el Hamas llegó al poder ‎en Gaza, en 2006– realizaron manifestaciones para exigir la ‎adopción de una política de seguridad a largo plazo. ‎

No hay sondeos que permitan conocer la opinión de la población en Gaza, pero los dirigentes del ‎Hamas expresaron júbilo ante la dimisión de Lieberman, presentándola como una victoria de ‎su movimiento. ‎