El gobierno británico ha escogido su política post-Brexit. En una entrevista publicada el 30 de ‎diciembre de 2018 en el Sunday Telegraph, el ministro de Defensa británico, Gavin Williamson, ‎denuncia todo lo sucedido desde 1956. ‎

En 1956, tropas británicas y francesas, respaldadas por Israel, se apoderaron del Canal de Suez. ‎Pero Estados Unidos y la Unión Soviética obligaron al Reino Unido y Francia a retirar sus tropas. ‎Aquello marcó el fin de la era colonial europea y dio inicio a la retirada paulatina de los ejércitos ‎europeos de los territorios que ocupaban a través del mundo. ‎

Según el gobierno de la señora Theresa May, el Reino Unido se volvió entonces hacia la Unión Europea, a la ‎que nunca antes había pensado incorporarse. Ahora, esa política ha quedado atrás. ‎

‎«Tenemos que ser claros en que se ha roto con esa política. Gran Bretaña vuelva a ser una nación ‎mundial.» [1], precisa Williamson en su entrevista. Su ministerio negocia ‎actualmente la apertura de nuevas bases militares británicas en el extranjero. ‎

En este momento, el Reino Unido dispone de bases militares en Gibraltar, Chipre, en la isla de Diego Garcia y en ‎las Islas Malvinas. ‎

Según el ministro de Defensa británico, el mundo espera que el Reino Unido asuma el liderazgo ‎moral, militar y global ya que defiende la tolerancia, la democracia y la justicia. ‎

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[1“We have got to make it clear that is a policy that has been ripped up and Britain is ‎once again a global nation.”