Durante la Conferencia de Seguridad de Munich, el secretario de Defensa de Estados Unidos, ‎Patrick Shanahan, reunió a los principales aliados de su país –incluyendo a Irak y Turquía– y ‎les solicitó que tomen el lugar de las fuerzas estadounidenses que están preparando su retirada ‎de Siria. ‎

Afirmando que la eventual recuperación del noreste de Siria por el gobierno de Damasco ‎no garantizaría la estabilidad, el secretario de Defensa de Estados Unidos instó a los ‎representantes de los países reunidos a su alrededor a mantener allí 1 500 hombres. ‎

En todo caso, los presentes se interrogaron sobre el interés de lanzarse en una misión ‎probablemente condenada al fracaso después de la retirada estadounidense. La delegación de ‎Francia rechazó el pedido de Estados Unidos y la del Reino Unido solicitó un periodo de reflexión. ‎