El próximo 28 de agosto se inaugurará la 61ª Feria Internacional de Damasco. Cuesta sobrevalorar su importancia para Siria que avanza por el camino de la estabilización y la reconstrucción de la economía destruida durante la agresión perpetrada por el terrorismo internacional. El año pasado, en este evento participaron representantes oficiales y empresarios de 49 Estados. Los organizadores estiman que la edición de este año contará con una representación igualmente amplia de socios extranjeros interesados en cooperar con Siria.

Claro que esa perspectiva no es del agrado de quienes han apoyado y continúan apoyando a las fuerzas opuestas al Gobierno legítimo de la República Árabe Siria. Después de abortados los intentos por derrocar militarmente “el régimen de Bachar al-Assad”, intentos desarrollados durante años a través de los bandidos y terroristas, ahora se promueven al primer plano los métodos de estrangulación económico-financiera del país. Para ello se adoptan las ilegítimas sanciones unilaterales, se obstaculiza la ayuda externa destinada a la reconstrucción de la infraestructura básica, se crean dificultades para el retorno de los refugiados sirios a los territorios controlados por el Gobierno de la República Árabe Siria.

Más aún, la Administración de Estados Unidos se permite amenazar directamente a quienes desearían promover la cooperación económico-comercial con Siria o simplemente analizar la posibilidad de iniciarla.

A partir del pasado 22 de agosto, en la página web de la Embajada estadounidense en Siria, página web que sigue funcionando, a pesar de que la misión diplomática está cerrada desde 2011, aparecen uno tras otro los llamamientos a no participar en la Feria Internacional de Damasco bajo la amenaza de sanciones por parte del Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Paralelamente, se anuncia que Washington y sus aliados continuarán ejerciendo presiones sobre “el régimen de Bachar al-Assad” y sobre quienes lo apoyen. Fue especialmente impactante el llamado, publicado el pasado 23 de agosto, instando a la opinión pública siria a informar a las autoridades de Estados Unidos sobre personas jurídicas y físicas que planeen participar en la Feria Internacional de Damasco.

Simultáneamente, los medios occidentales publican con regularidad los comentarios de expertos cercanos a la Casa Blanca sobre “un alto atractivo y pertinencia” de los proyectos humanitarios y otros que se ejecutan en el territorio sirio al noreste del Éufrates, territorio bajo control de los militares estadounidenses. Al mismo tiempo, Washington insta a otros países a aportar una fuerte contribución material al fortalecimiento de las zonas bajo su control en el noreste de Siria.

Consideramos que el continuo y manifiesto bloqueo por Estados Unidos de los esfuerzos emprendidos por el Gobierno sirio con vistas a promover la reconstrucción postcrisis del país agrede la unidad, la soberanía y la integridad territorial de la República Árabe Siria y contradice directamente el espíritu y la letra de las decisiones adoptadas por la comunidad internacional en relación con Siria, incluida la resolución 2254 del Consejo de Seguridad de la ONU.