Estados Unidos bombardeó con misiles crucero el cuartel general de al-Qaeda en Idlib el 31 de agosto ‎de 2019. Según la coalición internacional contra el Emirato Islámico (Daesh) conformada ‎alrededor de Estados Unidos, al menos 41 personas murieron en el bombardeo. ‎

Estados Unidos apoyó así las acciones del Ejército Árabe Sirio, que desde hace 2 años ha ‎emprendido la liberación de la gobernación de Idlib, ocupada por fuerzas de al-Qaeda. ‎

Washington había negado hasta ahora que las fuerzas que ocupan Idlib fuesen grupos armados de ‎al-Qaeda y las describía como «opositores al régimen de Assad», mientras que acusaba a Siria y ‎a Rusia de «convertir el lugar en un infierno» usando como «falso pretexto» la lucha contra el ‎terrorismo. ‎