El presidente estadounidense Donald Trump designó al abogado y diplomático Robert O’Brien ‎como nuevo consejero de seguridad nacional, cargo vacante desde la destitución de John Bolton. ‎El cargo de consejero presidencial para las cuestiones de seguridad nacional no depende de la ‎aprobación del Congreso. ‎

Robert O’Brien ha trabajado para las sucesivas administraciones demócratas y republicanas ‎desde 1996. En la administración Trump estaba a cargo de las negociaciones sobre ciudadanos ‎estadounidenses retenidos en el extranjero, lo cual lo llevó a desempeñar un papel en la ‎liberación del pastor Andrew Brunson, en Turquía. Según sabemos, también estuvo muy activo en ‎la liberación de estadounidenses en Líbano y en Irán. ‎

Robert O’Brien trabajó con John Bolton y es, como este último, un «excepcionalista». ‎Sin embargo, contrariamente a Bolton, O’Brien siempre ha sido partidario de las alianzas en las ‎que Estados Unidos se ha implicado. O’Brien es mormón, fue consejero del ex candidato ‎republicano a la presidencia Mitt Romney y sólo se volvió hacia Donald Trump después de la ‎elección de este magnate como presidente de Estados Unidos. Es el hombre ideal para cambiar la ‎retórica de la administración. ‎

Robert O’Brien, que probablemente trabaja en ocasiones para la CIA, es amigo personal del ‎secretario de Estado –y ex director de la CIA– Mike Pompeo y de la actual directora de esa ‎agencia, Gina Haspel. También tiene vínculos con el secretario de Defensa, Mark T. Esper, con ‎quien hizo parte de sus estudios. ‎

Aunque es una personalidad discreta, Robert O’Brien cuenta con una larga carrera, que lo ha llevado a ‎todos los “lugares calientes” del planeta, así como a la ONU. ‎