«Acabo de regresar de Alejandrópolis, visita estratégica importante que afina a la vez las ‎excepcionales relaciones militares entre Estados Unidos y Grecia y la inversión estratégica que el ‎gobierno de Estados Unidos está haciendo en Alejandrópolis.»‎
Geoffrey Pyatt, embajador de Estados Unidos en Grecia, 16 de septiembre de 2019.

El puerto de Alejandrópolis, en la Grecia nororiental fronteriza con Turquía y Bulgaria, se halla ‎frente al Mar Egeo, al borde del Estrecho de los Dardanelos, que, conectando en territorio turco ‎el Mediterráneo con el Mar Negro, constituye una vía fundamental del tránsito marítimo, ‎sobre todo para Rusia. ‎

La importancia estratégica de ese puerto, que el embajador Pyatt visitó acompañado del ministro de ‎Defensa de Grecia, Nikolaos Panagiotopoulos, ha sido tema de una explicación proporcionada ‎precisamente por la embajada de Estados Unidos en Atenas: ‎

«Debido a su estratégico emplazamiento y su infraestructura, el puerto de Alejandrópolis, ‎está bien situado para garantizar apoyo a ejercicios militares en la región, como quedó ‎demostrado en el reciente Saber Guardian 2019.»‎

La «inversión estratégica» que Washington ya está haciendo en varios puertos apunta a convertir ‎Alejandrópolis en una de las bases militares más importantes de Estados Unidos en la región, con ‎capacidad para bloquear el acceso de los navíos rusos al Mediterráneo. Eso es posible gracias a ‎las «excepcionales relaciones militares» con Grecia, que desde hace tiempo ha puesto sus ‎bases a la disposición de Estados Unidos –sobre todo la base de Larissa, para los drones armados ‎‎Reaper, la de Stefanovikeio para los aviones de combate F-16 y los helicópteros Apache. ‎Esta última base va a ser privatizada y Estados Unidos ha decidido comprarla. ‎

El embajador Pyatt no disimula el interés de Estados Unidos por reforzar su presencia militar ‎en Grecia, así como en otros países de la región mediterránea. «Trabajamos con otros socios ‎democráticos en la región para rechazar a los actores maléficos como Rusia y China, con intereses ‎contrarios a los nuestros», explica el embajador estadounidense antes de precisar que «Rusia ‎utiliza la energía como instrumento de su influencia maléfica». Después subraya la importancia ‎que ha alcanzado la «geopolítica de la energía», afirmando que «Alejandrópolis tiene un papel ‎crucial como enlace para la seguridad energética y la estabilidad de Europa». Tracia Occidental, ‎la región griega donde está el puerto de Alejandrópolis, es, en efecto, «una encrucijada ‎energética para Europa central y oriental». ‎

Basta con mirar el mapa para entender lo que quiere decir el embajador. Tracia Oriental es ‎limítrofe con la pequeña parte europea de Turquía adonde llega, después de atravesar el ‎Mar Negro, el gasoducto Turk Stream proveniente de Rusia, ya en fase de terminación. ‎Desde allí, a través de otro gasoducto, el gas ruso debería llegar a Bulgaria, Serbia y ‎otros países europeos. Esa es la respuesta rusa a la maniobra de Estados Unidos, que –con la ‎importante complicidad de la Unión Europea– bloqueó en 2014 el gasoducto South-Stream, que ‎habría llevado el gas ruso a Italia y a los demás países de la Unión Europea. ‎

Estados Unidos está tratando ahora de bloquear también el Turk Stream, lo cual ya es más ‎difícil debido a la deterioración de las relaciones entre Ankara y Washington. Así que ‎Estados Unidos espera ahora utilizar a Grecia, país al que ya están llegando grandes cantidades ‎de gas natural licuado estadounidense para sustituir el gas ruso. ‎

Todavía no se sabe con claridad lo que Estados Unidos está preparando en Grecia, incluso ‎contra China, que planea hacer del puerto griego del Pireo una escala importante de la nueva Ruta de ‎la Seda. Pero no sería sorprendente que tuviésemos próximamente en el Mar Egeo un ‎‎«incidente de Alejandrópolis», similar al «incidente de Tonkín». ‎

Fuente
Il Manifesto (Italia)

Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie Ange Patrizio