Foto arriba: El príncipe Bandar (izquierda) y Louis Free (derecha).

El más grande escándalo de corrupción de la Historia, el caso Al-Yamamah, continua de sacudir los estado anglo-sajones (Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia). El príncipe saudita Bandar bin Sultán, hijo adoptivo de la familia Bush, es acusado de haber percibido y redistribuido de retro-comisiones gigantescas sobre la venta de armas de la empresa multinacional de armamento BAE a la Arabia Saudita.

Muchos observadores estiman que estas sumas astronómicas que circularon «bajo la mesa» o a escondidas servían para financiar las operaciones secretas de la CIA en el medio [social y religioso] sunita, lo que equivale a decir o a nombrar con un término más conocido aquí de: Al-Qaïda.

Para respaldar su defensa, el príncipe Bandar bin Sultán acaba de reclutar a Louis Free. Este último fue director del FBI de 1993 a 2001.
Este personaje del Buró Federal de Investigaciones estuvo implicado [directamente o indirectamente] en numerosos y controvertidos casos, como por ejemplo el asalto a la secta de Davianos en el pueblo de Waco (EEUU) y en el atentado dinamitero contra las torres de Khobar en Arabia Saudita. Es también miembro de rango inferior del Opus Dei. Algo que algunos consideran como primordial en este caso o expediente.