Por: Tatiana Carcelén

Las constantes jornadas de lucha han demostrado la vitalidad del movimiento estudiantil, que cada vez se va consolidando, a pesar de la ofensiva mediática que ha tratado de desacreditarlo, aduciendo que éste se encuentra desgastado y en decadencia.

OPCIÓN dialogó con el sociólogo Geovanny Atarihuana, quien fue estudiante de la UCE, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE), y actualmente se desempeña como sub Director Nacional del Movimiento Popular Democrático (MPD). Él nos cuenta sobre los logros del movimiento estudiantil en las últimas décadas.

- ¿Qué rol ha cumplido el MPD en las universidades, especialmente en la Universidad Central?

 El Movimiento Popular Democrático, como un partido de izquierda revolucionaria, siempre ha luchado y ha puesto su esfuerzo por defender la educación pública, y en medio de eso, por supuesto, a la universidad pública. Siempre hemos sostenido la tesis de que la educación superior es un derecho de la juventud y es un factor muy importante para el desarrollo independiente del país.

Ante la falta de inversión estatal, los sectores neoliberales buscaron siempre la privatización de la educación superior, nosotros, junto al movimiento estudiantil y las fuerzas más democráticas y progresistas, levantamos, en cambio, la resistencia para que no se privatice y siga sirviendo a los sectores populares.

- ¿Cuáles son las iniciativas que ustedes han llevado a cabo?

 Por ejemplo en 1996, fue nuestro bloque quien presentó la ley que creó el Fondo Permanente de Desarrollo Universitario (FOPEDEUPO), que ha garantizado en buena medida el presupuesto para las universidades públicas; en 1998 nuestros asambleístas, nuestros militantes, levantaron con mucha fuerza la tesis del no cobro de pensiones que la ex Democracia Popular y los socialcristianos aprobaron en dicha asamblea, donde eran mayoría. Siempre impulsamos y defendimos la gratuidad de la educación superior, que tras el triunfo del Sí, se convirtió ya en un principio Constitucional y en una victoria histórica del movimiento estudiantil, que contribuye a democratizar el acceso del pueblo a las universidades.

Además tomamos partido en el ámbito de la investigación científica, pues consideramos que ésta debe estar en función de los grandes intereses nacionales y no de lo que requieren las grandes empresas. Apoyamos la iniciativa de docentes en la propuesta de la Educación Emancipadora, sobre la necesidad de democratizar la relación docente - estudiante.

- ¿Cómo cree que puede conjugarse el desarrollo del aspecto académico con el desarrollo de la política en el interior de la Universidad?

 La derecha ha pretendido, con algún éxito, presentar una contradicción entre la política y la academia, haciendo que las dos actividades se excluyan mutuamente; pensamos que la ciencia no puede ser neutral, sino que debe estar al servicio de la sociedad, en función de su desarrollo: se educa a la juventud para reproducir el sistema de injusticia o se educa a la juventud para que sea capaz de transformar el Ecuador.
Jamás nos propusimos adueñarnos de la universidad ecuatoriana, somos plenamente concientes que este espacio tiene que ver con la diversidad de pensamiento; pero sí creemos que la universidad en su conjunto tiene que tomar posición por las clases desposeídas, por la soberanía nacional, y eso se expresa en las distintas áreas del saber humano.

Desde ese punto de vista creemos que si la universidad cumple su papel de comprometerse con su pensamiento científico, crítico, vinculado con la realidad, obviamente va a tener que tomar posiciones con los sectores explotados y tomar partido por el cambio social; y aquí el papel de la izquierda es trascendente, pues en las universidades está la juventud, y si esa juventud tiene acceso a la ciencia puede explicarse de mejor manera lo que ocurre en el mundo, y puede proponerse participar en su transformación.

- ¿Cómo crees que ha a afectado al movimiento estudiantil esta estigmatización que han hecho los sectores de la derecha sobre el rol de la política, y del MPD en particular?

 Yo creo que esta campaña, que tiene décadas, se debe a que la derecha y sus voceros nunca le han perdonado a la izquierda el que los hayan desplazado, prácticamente desde la década del sesenta hasta la actualidad. En otros países, la derecha ha dirigido federaciones de estudiantes, pero en nuestro país, en el caso de las universidades estatales, por la presencia de la izquierda estos sectores fueron desplazados y, claro, ante el peligro potencial de un sector social que cuestione el poder, atacan una y otra vez.

Pienso que no podemos menospreciar el trabajo que hace esta gente y los logros que han tenido, de hecho es un factor principal para que ahora una alternativa de la derecha haya ganado el rectorado de la Universidad Central, es una muestra de que su acción tiene un impacto. En contraparte, podemos decir que frente a la intensa campaña de los medios de comunicación por satanizar a la izquierda, hubo un buen porcentaje dentro de la universidad que le apostó a esa opción, pese a que ese sector fue acusado de estar con el MPD, como si tratara de una afrenta. Yo creo que esta experiencia nos obliga a los revolucionarios a reflexionar sobre cómo lograr mayor éxito en el enfrentamiento a esa campaña, cómo somos capaces de mostrar la imagen de lo que somos por lo que hacemos, no por lo que construye la derecha y los medios, cómo llegar de viva voz con las propuestas programáticas de la izquierda dentro de la juventud universitaria.