En Latinoamérica la ley refleja al poder, en lugar de limitarlo, eso crea una situación en la cual la ley es un instrumento de opresión, en lugar de ser un instrumento de justicia.

Estoy convencida que al fin hemos rechazado la herencia colonial española de utilizar la ley para dar y para quitar, mas no para hacer justicia. América Latina está evolucionando en esa dirección, a su propio ritmo, lento para algunos, normal para otros. Todo es un proceso que depende de la voluntad, del liderazgo y de los compromisos de las naciones.

Nuestra América Latina comparte una historia social y política que acompaña la constitución de nuestros Estados, que han creado lenguajes, símbolos, formas de organización y reproducción social que no nos son ajenos; que nos han permitido construir lo que conocemos como identidad latinoamericana, que nos hace pensar en nuestra propia cotidianidad para recuperar nuestra esencia de patrias hermanas y conjuntas, que constituyan una práctica política de rectificación, que demanda una actitud deliberante, crítica y afirmativa de lo que somos, de lo que hacemos, de lo que queremos hacer para definir lo que queremos ser: una sociedad con la capacidad de entender las limitaciones y los desafíos sociales, conómicos y políticos , y capaz de adaptarse a los nuevos caminos de la integración.

Como vemos, nuestra historia nos permite entender la constitución legal en nuestras naciones
e identificar la deuda social y de justicia que muchos países mantienen con sus pueblos. Esta deuda histórica que demanda un primer acto político de rectificación, basado en el reconocimiento del aporte de nuestra gente para el desarrollo regional. Este reconocimiento radica en entender que detrás de cada ley están cientos y miles de seres humanos.

La creación del primer código civil latinoamericano se enmarca en un proceso de elaboración permanente de justicia, que busca la equidad en la distribución del ingreso, la equidad entre géneros, la equidad entre las culturas, asegurando la participación de todas y de todos, y fundada en la ejecución y en la aceptación de los derechos y responsabilidades sociales de los pueblos.

Nuevos vientos democráticos y progresistas soplan en nuestra América Latina, esto nos permite
avizorar una articulación distinta entre la economía y la necesidad de gozar de una justicia real y estable; por consiguiente, nuestras sociedades y sus gobiernos deberán llegar a acuerdos claros, que nos permitan construir una agenda legal comparativa y permanente, que supere los parches reformistas, tecnocráticos y retóricos e inaugure un camino de nuevos significados, nuevos compromisos, nuevas prioridades y concepciones de bienestar. Así y sólo así, podremos avanzar en la construcción efectiva de sociedades dignas. Porque la Justicia es la reina de las virtudes ciudadanas y con ellas se sostiene la igualdad y la libertad.

* El 1 de abril del año en curso tuvo lugar la presentación del libro Código Civil Latinoamericano, del Dr. Alejandro
Moreano Chacón, profesor de la Facultad de Jurisprudencia, Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Central del Ecuador. El evento se realizó en el teatro universitario, fue presidido por el Vicerrector Académico y de Investigación, Msc. Franklin Cabascango del Alma Mater.