Primero fue un cura extranjero que habló en nombre del Arzobispado para dispararle con todo a Martín Sánchez del Hogar de Cristo. Luego ocurrió la fatídica muerte del joven huanuqueño de nombre Lenin. Y ahora, como parte de la conspiración de los cuervos la ex-ministra Susana Villarán también le pega con palo a Sánchez. ¡Dios los cría y ellos se juntan! Eclesiásticos y laicos de la izquierda caviar se juntan para defender la jerarquía católica, conservadora y ultramontana. CSF Cipriani debe estar teniendo la mejor Navidad de los últimos diez años.

En Arequipa, el galeno Héctor Guillén, el ciudadano Fernando Gerdt, el periodista Mario Arenas declararon para Canal 2. En Lima fui requerido para opinar en torno a la acción de lavado cerebral que llevan a cabo los sodálites. Guillén y Gerdt sí alcanzaron a salir en televisión. Arenas y quien esto escribe pareciera que no tendremos ese gusto democrático. En cambio sí tuvo Cipriani oportunidad de elogiar a los sodalicios demostrando públicamente su respaldo a la secta que pretende robarse casas con pagarés falsos en Arequipa y que ordena reglajes contra periodistas polémicos y cuyas socias envían cartas a los medios de comunicación invocando la religiosidad de los dueños de las empresas. ¡Qué disparate!

Como nota distintiva, personal e intransferible, debo subrayar que para mi los curas pertenecen a una avanzada de imbecilización que supera los 500 años. En nombre de supuestas bondades actúan como agentes de una dominación espiritual que se acompasa a cualquier tendencia que no cuestione sus propiedades, sus negocios, sus evasiones tributarias, sus cuotas de poder en las sociedades y en los inmuebles. Por tanto, son elementos perniciosos y sectarios.

Los laicos que en los últimos seis decenios se unieron, sobre todo en la Iglesia Católica, actúan de igual manera y han creado organizaciones no gubernamentales de apoyo que las más de las veces enriquecen sus propios bolsillos y no el de los feligreses. Así, en toda Latinoamérica, la izquierda cristiana que es lo mismo que la izquierda caviar, vive bien, en nombre de Cristo, mantiene el status quo profundamente conservador y saca las garras cuando ve amenazado su terreno.

Esto es lo que ha ocurrido. El espíritu de cuerpo de la Iglesia Católica respalda a fascistas como el Sodalicio de Vida Cristiana y ataca al Hogar de Cristo del cura Martín Sánchez, no reza por la muerte del joven Lenin sino que se solaza y echa sombras sobre cómo actúan los hospedajes ocasionales de estos hombres pobres. Obviamente con la complicidad de la izquierda caviar que usa el ventilador de las dudas con certidumbre y las promueve a través de la televisión mafiosa como la que predomina en Canal 5, el mismo que ayer convirtió a Laura Bozzo en la abogada de los pobres.

En síntesis, hasta que un Congreso digno, decente, impoluto, instruido, no cuestione, anule y eche a la basura el Concordato, seguiremos teniendo una Iglesia Católica tramposa, evasora de impuestos, rica en propiedades, joyas y títulos, así como cómplice de dictaduras, matanzas y engaños. Así de simple.

Bien ha dicho Flecha en uno de sus usualmente feroces artículos, la izquierda caviar es mercenaria y la izquierda política es tonta. El réquiem correspondiente ya fue pronunciado porque sus asesinos han sido ellos mismos por frívolos, mentirosos y farsantes. La izquierda cristiana una gavilla de hipócritas en nombre de Dios.

Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.