Habría dicho la parlamentaria Anel Townsend que hay que usar la discreción para combatir a la corrupción oficialista. Entonces debo preguntar: ¿le transcribieron mal sus declaraciones? o ¿ya perdió la mínima ecuanimidad? o ¿trocó en parte de una política clásica estridente y perdonavidas con tal que le catapulten a puestos formales de poder y gloria efímera? Hasta hace poco la comisión investigadora de Montesinos atosigaba a todos los medios de comunicación con sus cerros, montañas y cordilleras de papeles que supuestamente descubrían latrocinios, inmoralidades e inconductas del pillo de marras y entonces no había discreción sino escándalo, grita y polvareda por doquier. ¿Qué ha ocurrido para que ahora se demande perfil bajo?

El Poder Judicial se ríe de las investigaciones del Congreso y de sus comisiones, en este caso particular y señalamente de la de Townsend DC que no ha persuadido a ningún juez de nada porque de manera cínica Montesinos va ganando la batalla por "falta de pruebas". Así, Delgado Parker no tiene culpa, lo propio el banquero de los banqueros Dionisio Romero, Alex Kouri, ni nadie que estuvo en cuchipandas cómplices con el famoso delincuente Vladimiro Montesinos. ¿Ironías de la vida? ¿Tanto alboroto cuando el suelo está parejo según los administradores de justicia?

Creo que Anel Townsend podría tentar un momento de gloria verdadera si pone mano dura en su propia organización política. Pero no con discreción sino con fiereza, con la misma idoneidad que pareció ostentar cuando de Montesinos se trataba. ¿No era que había que ser como la mujer del César, no sólo serlo sino parecerlo? Entonces ¿qué espera para denunciar, si conoce, los casos de inmoralidad al interior de su partido y la cosa pública? A menos que esté calculando que ello puede meterle en problemas mayores y su candidatura a la presidencia del Congreso, "acordada" según ella con anterioridad, pueda resentir accionares de esta tendencia moralizadora.

¿Para qué sirven los parlamentarios si empiezan a morigerar convenientemente sus entusiasmos según el viento que ayude a sus velas? Si esto fuera cierto, estaríamos frente al dintel comprobatorio de una triste realidad: que ya no quedan legisladores probos sino oportunistas, blandengues, intelectualmente míseros y deplorables. Casi el cuadro consuetudinario del congresista clásico que no oye, no ve, no habla. ¿Forma parte Anel de esta caterva subterránea de buenos para nada?

Cuando se trata de las filas propias no hay perdón que valga. Su padre, don Andrés, libró una lucha sin cuartel contra los ladrones y traficantes que habíanse apoderado del Partido Aprista y le expulsaron y se convirtió en una figura que desde fuera practicaba un aprismo hayista límpido y sagrado. Hoy los apristas no se acuerdan de quien fue uno de sus valores más eximios e integérrimos. Y don Andrés no puso su figura al servicio de causas minúsculas o episódicas y tampoco concilió con imbéciles de mínimo continente cultural o político como cierto Orangután con Corbata, el único simio que tiene mando en un palacio de gobierno en el mundo. Fue un hombre leal a su conducta y a su quehacer público. Y si nadie le quiere evocar, yo le recuerdo en la gloria de sus magníficos discursos y en la letra de sus múltiples como bellos artículos periodísticos que leí por años de años.

¿Porqué Anel no imita a su progenitor?

Si aplica Anel tan sólo el 50% de toda la bulla que su comisión generó para denunciar barbarie y latrocinio en Perú Posible, tenga por seguro que encumbrará la misión legislativa a planos superiores de acción moralizadora y entonces traspasará los lindes estrechos de la política nacional tan sucia, tan envilecida y tan repugnante. Doy para que me des. ¡Esa no puede seguir siendo la máxima que usan nuestros políticos! ¡Es hora de cambiar y hacerlo con calidad, entrega y amor lealísimo por el Perú!

Anel debería entender que "amigos pedilones" le sobran y que son precisamente los que no necesita. En cambio hay unos cuantos dispuestos a contribuir en una tarea de bien si ella emprende derroteros inequívocos y alejados de la política criolla que es un vil negociado culpable. Depende de ella.

Es hora de romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.