Parece que nosotros los cubanos estamos condenados a tropezar siempre con la misma piedra. Ahora el seboruco se llama James Cason el nuevo Jefe de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en Cuba. Los que conocen la historia recordarán el triste papel intervensionista en los asuntos internos de nuestro país en 1933 que jugara el entonces Embajador norteamericano Benjamín Summer Wells.

Eran los tiempos del "Big Stiks", de las cañoneras y "cañonas" que con la amenaza de las intervenciones militares de los Infantes de Marina ponían y quitaban gobiernos en nuestro continente hasta que encontraban a su gusto y medida a un Somoza en Nicaragua a su Trujillo en Santo Domingo y en Cuba a un "Sargento Llamado Batista".

Aquella política imperialista trabajo le costó a Washington borrarla de la memoria de los pueblos de América Latina. La Segunda Guerra Mundial con la amenaza del Fascismo sirvió al Presidente Roosevelt con su política de "Buen Vecino" para cambiar de rumbo y limpiar la mala imagen que había adquirido Estados Unidos ante el mundo como consecuencia de aquella grosera actitud imperial.

Han pasado muchos años pero el fantasma del Embajador Benjamín Summer Wells parece estar de vuelta en La Habana. Ahora viste y calza la figura de Mr. James Calson, el nuevo Jef de la sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba. Porque aún cuando el señor Calson es un diplomático de carrera y en lo personal pueda ser todo un caballero de buena familia y correctos modales, las instrucciones que tiene para su actuación en la isla parecen ser las mismas que tuviera en la década del 30 el Embajador Wells y el que vino después, el tristemente célebre Jefferson Caffery, representantes los dos del ingerencismo norteamericano en los destinos de la nación cubana.

¿Cuál era aquella política nefasta cocinada en Washington para hacerla beber obligadamente el pueblo de Cuba bajo la amenaza de la ocupación militar?
Todo comenzó con la llamada "mediación" entre el gobierno de Cuba y la oposición para después continuar con la política de negarle el reconocimiento diplomático al gobierno revolucionario que encabezara el Profesor Ramón Grau San Martín, que con Antonio Guiteras que como motor de aquel proceso, llevaba a Cuba por el camino de la liberación nacional y de la plena soberanía frente a las ambiciones imperiales de los Estados Unidos.

Aquella Revolución de 1933 era un ejemplo que había que matar a toda costa. ¡Esa era la misión encargada a los Wells y los Caffery de ayer, precursores de la encomienda asignada ahora al Embajador Calson. ¡Como si la sombra de aquel pasado nefasto volviera a presentarse en el destino de Cuba!

El señor Calson - no podemos saber si por orden explicita de su gobierno o por propia voluntad intervencionista - a su paso por Miami con destino a la capital cubana, reunido con los dirigentes de la Fundación Cubano-americana expresó que "intensificaría su trabajo con la "oposición interna, con la cual seguiría extendiendo puentes". No hace falta comentario.

También en la edición del diario El Nuevo Herald de hoy, en una información del reportero Rui Ferreira, la señora Ana Carbonell asistente del congresista Lincoln Díaz Balart dijo que - y cito textualmente.- "Él, se refiere al Embajador Calson, está trabajando muy en firme en apoyo a la oposición". Claro que no es noticia que hay una franca y abierta colaboración de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en Cuba con la llamada "disidencia interna". Pero de eso, a decir con todas sus palabras que se apoya a la oposición es algo mas que una mediación, es toda una abierta y confesa intervención. Mr. Wells no llegaba a tanto, porque hacía pero no decía. La mano sucia ahora no tiene guante.

No creemos que esta política a todas luces equivocada de resultados positivos para el futuro de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. Aquella Revolución del 33, frustrada por el intervensionismo norteamericano de entonces, surgió años después con mas fuerza con un nuevo rostro. ¡Y ahí está! Lo que nos enseña, para decirlo con una frase popular muy cubana, creo que acuñada por "Tres Patines" que dice: "Que cuando pasa lo mismo siempre sucede igual".

Un consejo a Mr. Calson: ¡Cuídese del fantasma de Summer Wells! Para que no sea Ud. protagonista en Cuba de tan triste papel. Recuerde que no hay procónsul de buen nombre en la historia.