El diccionario de la lengua castellana define la palabra laberinto como "Un edificio compuesto de muchas habitaciones dispuestas de tal suerte que sea difícil hallar la salida".
De acuerdo a esa definición el Presidente Bush se ha encerrado en un complicado laberinto del cual para poder escapar tendrá que hacerlo en marcha atrás. Es decir, revirtiendo todo un esquema político que parecía muy propicio de implementar a partir de los trágicos suceso del once de septiembre pero que al cursar del tiempo se ha demostrado que el mundo no está dispuesto a rendirse incondicionalmente a los pies de un nuevo imperio universal. Y hasta el propio pueblo de Estados Unidos- aturdido al principio por el choque del terrorismo que le había tocado en su propia carne- ha comenzado a reaccionar de manera tal que ya no hay carta blanca que le permita al Presidente Bush actuar sin tener en cuenta la opinión pública mundial y la del propio pueblo norteamericano.
Dice un popular refrán que una cosa es con guitarra y otra con violín. De manera que aquellos que le venían diciendo al oído al Presidente Bush de que con el pretexto de la lucha contra el terrorismo se podría imponer al mundo una política de dominación total se han encontrado que lo que comenzó con tibios reparos se ha convertido en creciente y solidario rechazo.
Repasemos el laberinto del Presidente Bush habitación por habitación para llegar a conclusiones.
Comencemos, valga la redundancia, por donde empezó la historia. La orden ejecutiva de que a Osama Bin Laden había que capturarlo vivo o muerto y que había que liquidar su red terrorista Al Qaeda. Pues bien, Bin Ladén sigue vivo y los terroristas andan sueltos por el mundo haciendo de las suyas: Irak.
La guerra que tenía montada la Casa Blanca contra el Presidente Sadam Hussein no ha logrado reunir a su lado nada mas que a su incondicional Inglaterra y todo parece indicar que el Presidente Bush tendrá que verse obligado a dar marcha atrás y quedarse con las ganas de apoderarse del petróleo iraquí, que de eso y no de otra cosa es de lo que se trata en realidad. Con Corea del Norte, la "criada les salió respondona". Querían tirar bombas contra Irak porque según decían Saddam tiene armas de destrucción masiva y a Corea no la atacan a pesar de que admite tener bombas nucleares.
En América Latina las cosas no le van mejor a Bush. En Venezuela jugaron al derrocamiento de Chávez y fracasaron. Tuvieron que dar marcha atrás. En la Argentina la política de privatizaciones impuesta por Washington llevó a ese país a la ruina y al desastre. En Brasil el triunfo que se perfila en las urnas del líder de los trabajadores Lula Da Silva no es otra cosa que un rechazo al capitalismo salvaje que Estados Unidos trata de imponer a los países del Tercer Mundo.
Ahora aparece en la escena Ecuador, donde según los resultados electorales el que encabeza la votación popular en las elecciones del domingo es el ex coronel Lucio Gutiérrez del Movimiento Sociedad Patriótica a quien se le señala como a "un Chávez ecuatoriano".
En el caso de Cuba, aunque la Casa Blanca insiste y persiste en su política de hostilidad y bloqueo, para nadie es un secreto que tanto en el Congreso como en la opinión pública norteamericana, mas temprano que tarde, se impondrá un cambio.
El laberinto en que se ha metido el Presidente- aunque parezca prematuro hacer predicciones- de no dar marcha atrás y a toda máquina, lo llevarán al desastre. Bush está en tres y dos. Y ahí viene la bola, la que lo hunde o lo saca de su laberinto.
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