Hoy es diez de Octubre. La fecha que marca en nuestra historia la larga lucha del pueblo cubano por su libertad y plena soberanía. Es siempre bueno recordar las que las efemérides patrias son algo mas que días de fiesta en el almanaque.

Con los años - y eso hemos visto aquí en los Estados Unidos - un día como el Cuatro de Julio se ha ido convirtiendo en algo tan rutinario, tan carente de significación patriótica que se toma la fecha para las grandes ventas de rebaja en las tiendas por Departamentos o es día de playa o para llevar a los hijos o los nietos al parque de diversiones de Disney World. ¡Para que ha quedado George Washington!

Los latinoamericanos que vivimos en Estados Unidos, no por mas patriotas que los norteamericanos, quizás por tradición que se ha traspasado de generación en generación, siempre hemos mantenido el respeto por las fecha de nuestra historia. Pero hay fechas y hay fechas. Tómenos los que somos cubanos el ejemplo de dos aniversarios que marcan pasos en nuestra vida como nación. El Diez de Octubre de 1868 cuya figura cimera fue Carlos Manuel de Céspedes y el 20 de Mayo de 1902, con Tomás Estrada Palma como personaje emblemático de lo que el escritor Carlos Lobería llamó la "República de Generales y Doctores".

Vale la pena marcar en un día como hoy las diferencias entre el 10 de Octubre y el 20 de Mayo. El primero significa el patriotismo inconforme con la sumisión a la Corona Española. Lo segundo representa la sumisión a la voluntad de un poder extranjero, es la traición al sueño de Martí que proclamara que Cuba tenía que ser - y así lo escribió - "Libre de España y de los Estados Unidos".

Alrededor de estas dos fechas también gira el conflicto entre Cuba y los Estados Unidos y entre los cubanos de la isla y los cubanos que desde Miami pretenden dictar el futuro de la nación a la imagen y semejanza de la de República simbolizada por el 20 de Mayo.

En él más reciente aniversario de esa fecha el Presidente de los Estados Unidos tomó la ocasión para halagar los oídos de esos cubanos que veneran a Estrada Palma como él más insigne patriota y poco significa para ellos la figura gallarda de Carlos Manuel de Céspedes. Hasta a la Casa Blanca fueron invitados a compartir planes futuros los mas caracterizados personeros de la cúpula elitista del llamado "exilio cubano".

Para esos que tienen el 20 de Mayo como la fecha cimera de la historia de la patria, en la celebración está el mensaje. A lo que aspiran para el futuro de Cuba es a una república mansa como un cordero donde poco signifique la soberanía y la independencia, una independencia que no vaya mas allá de tocar el himno nacional bien bajito y levantar la bandera siempre mas baja que la otra. El deseo en realidad es ver nuestra estrella solitaria insertada en la bandera de las barras y las estrellas. Son anexionistas enmascarados que no tienen el valor de serlo a descubierta. A los que aspiran para Cuba es a la republiqueta del 20 de Mayo y a ser ellos los Tomás Estrada Palma redivivos.

Par los que estamos marcados por el pensamiento independentista martiano, la fecha de hoy, el Diez de Octubre, estable la diferencia. No es fecha de proclamas desde la Casa Blanca ni de recordaciones indignas. El Diez de Octubre, un día como hoy de 1868 Céspedes al redoblar las campanas de su ingenio La Demajagua, ofreció la libertad a sus esclavos y señaló el camino de la independencia. ¡Esa esas la fecha de Cuba y la de los cubanos de vergüenza!

En la mejor tradición cubana rendimos hoy Diez de Octubre el respeto que merece esa fecha en nuestra historia. Los otros, los otros que sigan con su 20 de Mayo y la república de Don Tomás. Porque el Diez de Octubre no es fecha de esclavos.