No es "chovinismo", esa patriotería barata que algunos cubanos de Miami despliegan con aire de arrogancia y que tanto molesta con razón a tantos y tantos latinoamericanos que conviven con nosotros en esta ciudad del sur de La Florida. Desde que el descubridor de América el Almirante Cristóbal Colón pisara tierra cubana en Octubre de 1492 y dijera que Cuba era "La tierra más hermosa que ojos humanos vieron", los cubanos se han llegado a creer - como es también el caso de los judíos- que son los hijos escogidos por Dios para cumplir una misión sagrada en la tierra.

Nada pues de exageraciones que puedan molestar a quienes por proceder de la América de Bolívar y José Martí conviven con nosotros en tierras norteamericanas. Pero como cubanos que somos tenemos que hablar como cubanos. Estamos desde hace varios días de visita en La Habana y aquí nos hemos encontrado, mas por casualidad que por designio, con mas de un compatriota residente en la cuidad de Miami. No vamos mencionar nombres. No han venido en plan de guerra o controversia. Tampoco han llegado con genuflexiones indignas ni sumisas actitudes. Para que decir quienes son. ¿Para que a su regreso a Miami les hagan sus vidas imposibles con rechazos inmerecidos o con acusaciones estúpidas de "agentes de Castro" o de "comunistas" por el solo hecho de pisar la tierra que les vio nacer? ¿Por venir a Cuba a reencontrarse con su pasado y con la historia?

Es alentador que frente a la intransigencia de esos que desde Miami predican el odio y la revancha, haya cubanos lo suficientemente dignos que den el paso al frente y estén dispuestos a correr el riesgo de la difamación con tal de ver con sus propios ojos la realidad cubana.

Ayer en la mañana nos encontramos en el Hotel Nacional a la periodista norteamericana Barbara Walters que está aquí para entrevistar a Fidel Castro para un programa especial de la Cadena ABC. Como ella, había en La Habana cientos de ciudadanos de los Estados Unidos, norteamericanos que viajan a Cuba no porque sean comunistas o simpatizantes de la Revolución cubana. Vienen a Cuba para ver con sus propios ojos lo que ocurre a una isla que está a solo 90 millas de las costas de su país y que sin embargo, por una política torpe y ciega de su gobierno la hace tan lejana que parece que Cuba está en otro planeta.

Todos los años, según los datos oficiales del propio gobierno de los Estados Unidos, viajan a Cuba en visitas de reunificación familiar cerca de 200 mil cubanos residentes en Estados Unidos. Si a eso se suma los que viajan de forma ilegal, la cifra es mucho mayor. ¿Quiénes son los que se niegan a visitar a Cuba? No son por cierto los mejores cubanos. Para decir la verdad son los que están comprometidos con una política de odio y de revancha que tienen muy bien montado en Miami su negocio del "anti-castrismo" profesional del cual bien que viven y que nadie sabe de que van a vivir el día que Fidel Castro, por ley de la vida desaparezca de la escena.

La importancia de ser cubano tiene mucho que ver con la historia. Para José Martí - y así lo expresó en su carta-testamento a su amigo el mejicano Manuel Mercado, que el destino de Cuba era, con su independencia impedir que los Estados Unidos, "con esa fuerza mas" se extendiera por las tierras de América.

Negarle a Cuba el derecho a su destino natural de independencia y soberanía es conducta de indigna de aquel que diga ser cubano. Ya no son los capitalistas norteamericanos los que se oponen a que su país y Cuba mejoren sus relaciones diplomáticas y de libre comercio. Como no son tampoco los americanos comunes y corrientes los que quieren mantener la hostilidad permanente contra la isla.

Desgraciadamente nacieron en Cuba y se hacen llamar cubanos esos que obstaculizan con su conducta el camino de las mejores relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. Pero por suerte para Cuba frente a esos que odian y destruyen están los que construyen puentes de amistad entre los pueblos.

Esos y solo esos son los cubanos de verdad..