Los ciudadanos de los Estados Unidos son libres de viajar a todos los países del mundo menos a Cuba. Eso dice la ley. Una legislación que durante mas de 40 años - como la ley del Embargo - solo ha servido solo para mantener al pueblo de los Estados Unidos aislado de la realidad cubana.

La Cámara de Representantes en Washington aprobó una resolución del Congresista Jeff Flaske, Republicano Conservador por el Estado de Arizona, mediante la cual los ciudadanos de este país podrán viajar a la isla sin mayores dificultades ya que de acuerdo a la disposición aprobada, no se facilitarán recursos económicos al Departamento del Tesoro para que persiga legalmente a los norteamericanos que visiten a Cuba. La votación fue de 262 votos a favor contra 167, entre los cuales, claro está y era de esperar, los votos negativos de los tres congresistas de origen cubano que se oponen a cualquier medida que propugne mejores relaciones entre el pueblo de Cuba y el de los Estados Unidos. Una resolución similar a la aprobada en la Cámara ya había sido votada favorablemente en una Comisión del Senado.

El Presidente Bush ha dicho que vetará la resolución aunque esta represente el criterio abrumadoramente mayoritario del pueblo norteamericano ¿Y por qué el Presidente Bush va a enfrentarse al Congreso, inclusive a los legisladores de su propio Partido, que dicho sea de paso han demostrado ser los más tenaces defensores del derecho de los ciudadanos de este país a viajar sin restricciones a todas partes, incluyendo a Cuba?

La respuesta todos la sabemos. El veto presidencial obedece simple y llanamente a que el señor Presidente quiere complacer a sus amigos de la extrema derecha cubana de Miami, que a decir verdad mucho hicieron para que él llegara la Casa Blanca. Más dinero que votos y más trucos que dinero y votos, que es el decir de la calle y lo que proclaman sus voceros cuando hablan de las pasadas elecciones presidenciales.

La resolución aprobada por una Comisión del Senado y ahora por la Cámara de Representantes mediante la cual se facilitarían los viajes de norteamericanos a Cuba es en realidad una señal bien clara de que el Congreso de Estados Unidos considera que la política que se sigue con el gobierno de la isla desde hace mas de 40 años ha fracasado.

El derecho a viajar a Cuba que tienen los cubanos que viven en este país, sin embargo no lo tienen los norteamericanos. ¿Se quiere más absurda contradicción?

El Presidente Bush va a vetar la resolución que permitiría a los ciudadanos de este país ver con sus propios ojos la realidad cubana.

¿Se quiere mayor libertad que la de viajar a Cuba y ver lo que pasa allí sin que nadie le cuente a los americanos lo bueno o lo malo de un país que está a 90 millas y que sin embargo está tan lejos por culpa de una política ciega y torpe que en nada beneficia ni a Cuba ni a los Estados Unidos?

El Congreso de Estados Unidos está dando los pasos correctos. De la Casa Blanca vendrá el disparate.