Hay un axioma en derecho que dice: "A confesión de parte relevo de pruebas".
Cuando afirmábamos de manera categórica que no teníamos el más mínimo respeto por los que se proclaman opositores al gobierno de su país, que reciben dinero de un gobierno extranjero, los defensores en Miami de la llamada "disidencia interna cubana"- que también le sacan partido a su trabajo -, nos acusaban de estar calumniando a "patriotas sacrificados" que luchaban por ideales sin recursos económicos, como si estos vividores de la política, fueran tan dignos de respeto como los mambises de nuestras luchas libertarias.

De que los tales disidentes están al servicio de la política del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba y de los intereses bastardos de organizaciones de Miami asociadas a esa política, como es el caso de la Fundación Cubano-americana, la prueba está en la información que publica en la mañana de hoy el diario El Nuevo Herald, que bajo la firma del periodista Rui Fereira, cita palabras textuales pronunciadas por Jorge Mas Santos - que de santo no tiene u pelo - en las que confiesa con mucho orgullo que su Fundación ha enviado mas de un millón de dólares a sus obedientes disidentes.
Un millón de dólares que no ha ido a parar a los hospitales ni a las escuelas cubanas, un millón de dólares que se han embolsillado los "patriotas" de la disidencia que se nos presentan como unos" pobres diablos" sin recursos, pero que cuentan con suficientes "fulas"- para decirlo en el lenguaje popular- que los hace diferentes del resto de los cubanos. Son los privilegiados de una "nueva clase", pagada por el gobierno de los Estados Unidos.

El Nuevo Herald dice en un titular: "Fundación envió un millón a los disidentes cubanos". Ese es el dinero que se mandó en un solo año, además de los otros millones de dólares que el gobierno de Estados Unidos ha repartido en Miami, dinero que se ha quedado aquí para disfrute de los que desde acá orientan, dirigen, administran y dan órdenes a eso que allá en la isla sirven los intereses del gobierno del gobierno norteamericano.

Y para aportar las pruebas de tanta corrupción, el señor Mas revela que cuentan con el apoyo de un tal Adolfo Franco, un cubano que es el que dirige la Agencia de Desarrollo Internacional - USAID - el organismo de Estados Unidos que de sus fondos provee todo el dinero que hace falta para implementar una política intervensionista en otras naciones.

La presencia en un primer plano de la señora Embajadora de los Estados Unidos Vicky Huddleston en la reunión de la Fundación Cubano-americana, así como sus manifestaciones francamente ingerencistas en los asuntos internos de Cuba nos recuerdan los viejos tiempos de la enmienda Platt de los años 30.

"Apoyamos el Proyecto Varela", dijo la señora Embajadora norteamericana. Y nosotros decimos de nuevo: A confesión de parte, relevo de pruebas. De manera que los que en Cuba se titulan "propugnadores del Proyecto Varela", no son patriotas ni son independientes. Y no lo son porque reciben dinero de Miami, están al servicio del gobierno de Estados Unidos. Están pagados, y bien pagados por la Fundación Cubano-americana que dirige desde aquí él Mas que manda más. El Jorge Mas hijo de su papá. El que más dinero manda a Cuba y el que realmente manda a los que en Cuba se llaman "disidentes".

A confesión de parte, Relevo de pruebas.