La frase es muy cubana. Se refiere a los efectos destructivos de un pequeño insecto coleóptero que todo lo devora. Y a esta ciudad controlada por una camarilla de cubanos politiqueros de derecha, le ha caído carcoma. De manera que la que antes fuera una ciudad ordenada, tranquila donde los escándalos administrativos eran pocos o ninguno, desde que esos que se titulan "patriotas exilados anticomunistas" obtuvieron el control de los más importantes cargos públicos, el panorama ha cambiado de tal manera que Miami se ha ganado el bochornoso título de "República Bananera".
No es gratuito el insulto. Es un retrato de lo que ocurre en Miami donde los políticos se aprovechan de los cargos para enriquecerse, donde los llamados "lobistas" a cambio de sobornos a los funcionarios, logran hacer aprobar resoluciones y ordenanzas para beneficio de sus representados, en la mayoría de los casos empresas controladas por negociantes inescrupulosos, por contratistas corruptos y corruptores, aventureros negociantes que consiguen inmerecidas concesiones que en buena lid jamás podrían obtenerlas.
Aquí en Miami son pocas las instituciones públicas que no están controladas o al servicio de esos intereses especiales de origen cubano. En la cuidad de Miami como en el Condado, raro es el mes que no se produzca un escándalo con un funcionario de alto rango. A las cárceles han ido parar más de un concejal y hasta en la Junta de Educación la corrupción está a flor de tierra.
El aeropuerto de Miami no puede por tanto escapar al ambiente general de relajo y corrupción en el que vivimos.
Hoy se publica una información de primera plana en el diario El Nuevo Herald donde se dice que el aeropuerto de Fort Lauderale está ganándole la competencia al de Miami en cuanto a eficiencia, confort y al crecimiento de pasajeros.
Miami, de acuerdo a las estadísticas, es la ciudad con mas índice de pobreza en toda la nación y el aeropuerto de Miami merece el título del más malo y deficiente de todo el país.
El aeropuerto de Miami por años ha sido el botín dorado de los políticos locales. Las concesiones a negocios se han otorgado sin subastas o con licitaciones amañadas. Allí las obras - siempre están haciendo obras que nunca terminan - también forman parte del sistema de corrupción permanente entronizados por los políticos del Condado.
No por gusto las empresas aéreas utilizan mas cada día el aeropuerto de Fort Lauderdale en detrimento del de Miami. ¿Y quién carga la culpa? ¡Los cubanos!
Pagamos todos por unos cuantos bandidos, políticos corruptos y ladrones de toda laya que han trasladado a Miami los vicios de corrupción de la Cuba de ayer.
Los cubanos honrados no merecen que paguen justos por pecadores. Aquí hace falta una escoba para barrer con los ladrones.
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