Ser bilingüe es una ventaja. Es la que nos permite decir lo que pensamos en dos idiomas.
Pero cuando se dominan dos lenguas y se dice una cosa, digamos en inglés y otra bien distinta en español, no se es bilingüe, se es inmoral.

Eso es lo que viene ocurriendo con el diario Miami Herald, que en su edición en inglés publica informaciones de interés para toda la sociedad, temas que nos afectan a los que vivimos en esta ciudad y sin embargo en su edición en español, en El Nuevo Herald, no publican ni una línea de sus propias informaciones, si de lo que se trata puede ser tomado como ofensa grave por la extrema derecha cubana.

Los escándalos de corrupción de algunos prominentes políticos de origen cubano no se publican en español como acaba de ocurrir con un reportaje sobre Demetrio Pérez.

Los que leyeron las dos ediciones del Miami Herald de fecha tan reciente como el pasado domingo 26 de este mes de mayo, bien que pudieron notar la diferencia. En la edición en inglés en la primera página de The Miami Herald, apareció una información sobre el "Educador" entre comillas, Demetrio Pérez.

El titular decía en inglés: "Dinero de los niños es utilizado para propiedad privada". Junto al titular una foto del señor Pérez con un subtítulo debajo donde se lee: "Haciendo trampas en la clase". El reportaje-denuncia realizado por los periodistas Ronnie Greene y Jason Grotto denuncia como 400 mil dólares asignados para un programa para servir a niños necesitados fue utilizado para hacer arreglos en edificios propiedad -señala la información - del millonario hombre de negocios Demetrio Pérez en los momentos en que este personaje ocupaba un asiento en la Junta escolar del Condado Miami-Dade.

El extenso reportaje que ocupa toda la página 20 del periódico, ilustrado con fotos de las escuelas Lincoln -Martí así como del propio Pérez acompañado de su abogado defensor ante la Corte Federal, no fue publicado en la edición en español de El Nuevo Herald.

¿Por qué? ¿Qué razón se puede argumentar para no publicar una línea de una información periodística sobre un tema tan importante para la comunidad como es saber que ha pasado con los dineros de los contribuyentes que han sido miserablemente robados por un funcionario ladrón, un funcionario que ha sido condenado por los Tribunales y que se encuentra bajo arresto domiciliario desde donde para bochorno de la comunidad trasmite unos comentarios radiales por la emisora Radio-Mambí de su socio entrañable Armando Pérez Roura.
¿A qué le teme el Nuevo Herald que no publica en español este revelador reportaje? ¿A la mala lengua del Triple feo? Lo más probable.

Para colmo de la ironía, el tal Demetrio tiene también un negocio de enseñar inglés. Y viene bien que los hispanos de Miami aprendan inglés a porque solo así podrán enterarse de los escándalos y robos del corrupto maéstrico Pérez, el que decía que iba a educar al niño Elián para que fuera en el futuro un hombre de bien.

El Herald tiene dos lenguas. Un de ellas habla español, oculta siempre, donde no le da el sol.