Lo de los Premios Grammy apesta. En la misma medida en que ser acerca la hora para el inicio del espectáculo organizado para esta noche en el anfiteatro de American Air Lines Arena, se va develando la trama de una sucia trampa que se montó tras las bambalinas por la extrema derecha cubana de Miami, en combinación con políticos locales y los organizadores del evento. Resultado: Que los artistas de Cuba nominados en distintas categorías musicales, no puedan hacer acto de presencia al momento de producirse la premiación.

Ya lo había dicho Otto Reich en su reciente visita a Miami: «Los artistas cubanos de la isla no podrán participar en la entrega de los Premios Grammny porque el Departamento de Estado no otorgará las visas correspondientes de entrada a Estados Unidos ya que se necesita tiempo- mucho tiempo- para investigaciones rigurosas, puesto que esas personas son ciudadanas de un país que está en la lista de naciones terroristas».

Y tal como lo dijo Otto Reich así es que va a ocurrir. En realidad la trampa viene de muy atrás. Quizás desde el mismo momento que los alcaldes de la ciudad de Miami, Manny Díaz y el del Condado Alex Penelas, fueron a negociar con la organización LARAS el retorno de los Premios Grammy a esta ciudad. No hace falta contar toda la historia. Basta recordar que los Premios Grammy tuvieron que cambiar la sede de su espectáculo para Los Ángeles, cuando la extrema derecha cubana de Miami, apoyada por las autoridades locales, sabotearon con actos de incivilizada violencia el espectáculo que contó entonces con la participación de artistas de la isla que habían sido debidamente invitados a recibir sus premios.

El escándalo fue mundial. Miami enseñaba de nuevo su cara sucia. Ya antes se había ganado el merecido título de la «Meca del terrorismo». Con lo de los Grammy se le añadió a Miami el triste honor de ser bautizada como «La capital de la intolerancia». Y como había que lavar la cara sucia de Miami, allá fueron los camajanees políticos Manny Díaz y Alex Penelas, acompañados del empresario de artistas Emilio Estefan y del Presidente de la Fundación Cubano- Americana Jorge Más Santos, a negociar con el Presidente de LARAS, el colombiano Aberroa, la vuelta de los Grammy a Miami. Y en secreto fue que se una trampa.

Los Grammy volverían a Miami. Y con ello se pretendía limpiar la cara sucia de esta ciudad dominada por la mas desvergonzada intolerancia cultural. Todo estaba atado y bien atado. Pero faltaba resolver un problema: ¿Qué hacer con los artistas de Cuba que resultaran nominados para recibir premios en el evento? Pues orquestar una nueva trampa.

Por una parte, el colombiano Aberroa de LARAS se encargaría del trabajo sucio de demorar las invitaciones de los artistas de la isla nominados para recibir premios. Y por otra parte, los camajanes de la política local, en orquestación tanto con Emilio Estefan como con el salsero «jinetero» Willy Chirino y la asistencia de Mas Santos, se encargarían de presionar a La Casa Blanca y al Departamento de Estado para que las visas de los artistas cubanos invitados al evento, no fueran otorgadas a tiempo. El pretexto no podía ser mas ridículo Que estos artistas provenían de un país «terrorista»: Cuba. Los congresistas Ileana Roos Y Lincoln Díaz Balat harían también valer sus influencias.

Burdo pretexto al fin. Los «Muñequitos de Matanzas» organizando una «matanza» con bombas en Miami al compás de las explosiones «Bang Bang» de los Van Van de Juan Formell. El potaje ya estaba cocinado.

Lo que esta noche tendremos en la entrega de los Premios Grammy es una comedia barata de teatro bufo, donde lo que no aparece por ninguna parte es la vergüenza de estos tramposos impenitentes, puestos de nuevo de acuerdo para agregar mas porquería a la ya cara sucia de Miami.