El muro que construye Israel
Foto Paul Jeffrey COE

En Israel existe una alta probabilidad de que se desate una guerra civil como consecuencia de las numerosas contradicciones políticas, sociales y religiosas que existen desde la fundación del Estado judío en 1948. Esto lo declaró el doctor Joseph Hodara, quien este como todos los años dedica varios meses a su trabajo académico en el Colegio de México, en el Centro de Estudios de Asia y África.

Hodara forma parte de los emigrantes judíos argentinos que se han establecido en Israel desde los años sesenta y cuya presencia en este país ha sido trascendental para la conformación de la cultura israelí. En una conferencia dictada el 26 de noviembre ante investigadores, alumnos del Colegio de México y periodistas, el doctor Hodara consideró que Yaser Arafat, presidente de la Autoridad Nacional Palestina, y Ariel Sharon, premier israelí comparten un interés en que el conflicto que separa a la comunidad judía y árabe en territorio palestino no se solucione.

Ambos dirigentes quieren reafirmar su presencia en sus respectivas sociedades porque su papel político es el resultado de su propia historia y no están dispuestos a ceder en cuestiones primordiales, como la paz. La crítica de Hodara contra el gobierno conservador de Ariel Sharon tiende a identificar su posición pública con la de Shimon Peres, dirigente socialdemócrata israelí que a lo largo del año se ha presentado en foros de varios países exigiendo la paz y el respeto mutuo que se deben dos Estados que están destinados a la vecindad: Israel y Palestina.

Desde la izquierda israelí se han intensificado las críticas contra Sharon y contra el legado agresivo de Benjamín Netanyau, mayormente preocupados porque el pueblo israelí sirva de guardia pretoriana del neoliberalismo anglosajón que como segmento progresista del Medio Oriente y como modelo de desarrollo. El sionismo ha evolucionado hacia la sociedad anónima y esto ha generado manifestaciones antisemitas cada vez más intensas en todo el planeta.

Falachas vigilando el cerco.
Foto Paul Jeffrey COE

Hodara señaló que Israel es una nación que no ha resuelto muchos conflictos internos: carece de Constitución política y existe un enfrentamiento ininterrumpido entre los laicos y los religiosos sobre el caràcter definitivo del Estado. Su opinión es que tampoco se han resuelto los conflictos étnicos entre diferentes filiaciones de judíos: azkenatzis, sefarditas, árabes, rusos, y falachas, ni entre judíos por un lado y árabes israelíes por otro, ni entre cristianos y beduinos.

Agrega Hodara que otro elemento significativo sobre la situación de desgaste que viven las sociedades palestina y judía es el alto número de emigrados. "En Estados Unidos hay una comunidad de cinco millones de judíos a los que se suman los decepcionados de Israel. Además, ya hay un millón de libaneses, palestinos y jordanos establecidos en Estados Unidos, Europa y América Latina por su repudio a la guerra".
Por este motivo Hodara dice que el proyecto de paz elaborado en Ginebra es positivo como esperanza de que ambos pueblos pueden llegar a la paz. La Iniciativa de Ginebra, fue elaborada, revela Hodara, por Yossi Beilin, ex ministro de Justicia israelí, y por Yaser Abed Rabu, ex ministro de Cultura de la ANP. Este proyecto de paz prevé que los dos Estados, Israel y Palestina, puedan compartir la ciudad de Jerusalén y que ambos establezcan allí su capital.