Dice la resolución ministerial No. 0246-2004-RE publicada el 8 de los corrientes en El Peruano: “Autorizar al señor Procurador Público a cargo de los Asuntos Judiciales del Ministerio de Relaciones Exteriores, para que en nombre y representación del Estado, interponga las acciones legales por los hechos expuestos por la Comisión Auditora de la Inspectoría General del Ministerio de Relaciones Exteriores, contra el presunto responsable comprendido en el Informe de Visto, embajador Javier Paulinich Velarde, remitiéndole para el efecto el citado informe y la presente Resolución”. Firma: Manuel Rodríguez Cuadros, ministro de Relaciones Exteriores.

¡Qué interesante! ¿Querría decir que hay muchos cuellos que empiezan a temblar en la Cancillería del Perú, lugar donde el amiguismo canceroso fletaba impunidades en cantidades industriales? ¡Profilaxia en Torre Tagle!

El embajador Paulinich pasó como gastos operativos el consumo de unos celulares que graciosamente prestó a su esposa y como es melómano se fue a Salzburgo a oír cantar a un tenor compatriota. ¡Pero tuvo la peregrina idea de usar el dinero del Estado para semejante tema privado!

Ahora va a ser acusado penalmente y de saque ya tiene una suspensión efectiva de seis meses en el cargo. Importan pocos los montos mal usados de manera singular por Paulinich, ¡interesa sí que se castiguen las inconductas! En honor a la verdad, parte de los fondos del Estado fueron reintegrados por el embajador de pésimas costumbres al erario vía cheque, pero esto no lo libra, según las investigaciones, del delito cometido en agravio del dinero del pueblo.

El manejo irregular de fondos es una falta grave en cualquier dependencia y si es del Estado ¡mucho peor! Esto ocurrió en la embajada del Perú en Austria y a cargo de Javier Paulinich. El Informe Especial No. 001-2004-2-0283 de la Inspectoría de Torre Tagle es detallado y exhaustivo y determinó que el mal embajador había metido la pata y las manos donde no debía y por eso se le pone a disposición de la justicia ordinaria y por la vía penal.

¡Muy buena y valiente la actitud asumida! Los embajadores y cónsules son sólo funcionarios públicos que se deben al pueblo y al Estado y por ningún concepto pueden usar el dinero de los contribuyentes de mala manera o para goces terrenales particulares como ocurrió en este caso.

Sería interesante preguntar públicamente si ¿es éste el único caso? Hay otros cónsules que se robaban el dinero de sus oficinas y nunca han sido sancionados. Lo propio con otros embajadores cuya fuente fundamental de impunidad era la llegada que tenían con sus superiores.

La Comisión que presidió Oswaldo de Rivero y que “investigó” a los forajidos que han medrado -y medran- sin castigo alguno en Torre Tagle y por la comisión del crimen que significó que 119 embajadores y diplomáticos fueran cesados años atrás, apenas si hizo un saludo a la bandera y vergonzosamente no sirvió sino para que -en muchos casos- los verdugos terminaran homenajeados con puestos en dólares fuera del Perú. Cuando debían estar en las punas pastando ovejas y aprendiendo cómo viven los peruanos de adentro.

Procede saludar la resolución firmada por el canciller Manuel Rodríguez Cuadros. Y es bueno que comience la profilaxia en Torre Tagle.

¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!

Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.