La Unión Europea aprobó, tras largas negociaciones, cambios en las ayudas a la agricultura para los próximos seis años: Menos ayudas y mejor repartidas, señaló la Deutsche Welle.

La comisión de Agricultura de la Unión Europea (UE) terminó en Luxemburgo las deliberaciones sobre la reforma agraria. Los cultivos afectados son el tabaco, la oliva, el algodón y el lúpulo. El consejo de ministros de Agricultura aprobó la propuesta pese al desacuerdo de Suecia, Dinamarca y España.

España votó en contra de la reducción de subvenciones considerando que no se ajustaban a los intereses de sus productores de algodón y aceite de oliva. Dinamarca y Suecia se opusieron también a la reforma, alegando que la reducción de ayudas al tabaco era insuficiente.
Básicamente, las líneas de la reforma se resumen en una reducción y un mejor reparto de las subvenciones, con el consiguiente ahorro presupuestario. El reparto, que hasta ahora se hacía en función de la cosecha, se hará ahora en función del terreno cultivado, para evitar la superproducción. La UE pretende así cumplir las exigencias de Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre los cultivos subvencionados.

Aceite de oliva y algodón

El punto más discutido de la reforma fue la reducción de las ayudas al cultivo de los olivos. La Comunidad elabora actualmente el 80% de aceite de oliva en el mundo y sus exportaciones se duplicaron en los últimos años, hasta llegar a las 324.000 toneladas. 2,5 millones de productores dependen de este cultivo, lo que supone una tercera parte del total de agricultores en la UE.
En cuanto al algodón, la Unión Europea quiere responder así a las exigencias de los países en vías de desarrollo. Según la posición de estos en la OMC, los cultivos subvencionados alteran la competencia en el mercado internacional.

Acabar con el tabaco de raíz

La reforma del tabaco se diferencia de las demás por tener un objetivo diferente. La Unión Europea planea seguir concediendo ayudas a los productores de tabaco hasta el año 2009. A partir de 2010, las ayudas se verán reducidas a la mitad y se concederán en función del número de hectáreas cultivadas, independientemente de la producción. Las ayudas están planeadas para que sea más rentable abandonar la producción (pese a seguir recibiendo ayudas) y sustituirla por otros cultivos.
El objetivo final de esta medida es la lucha contra el tabaco desde la raíz del problema, es decir, la producción. La Comisión Europea llegó a este acuerdo tras años de estudio con los expertos en medicina. Hasta ahora la política antitabaquismo de la UE era contradictoria. Por una parte financiaba campañas contra la dependencia de la nicotina y, por otra, concedía millones de euros en ayudas a la producción del tabaco.
La ministra alemana de Agricultura, Renate Künast, se mostró optimista en lo referente a la decisión de la Unión. La ministra recordó a los productores de tabaco del estado de Baden Wurtteberg el futuro que espera al sector. "Al fin hemos conseguido que, tras un periodo de transición, la producción no se subvencione", declaró la ministra.
La política de ahorro de la Unión sigue planteando reformas. La reforma de las subvenciones a estos productos significará para los países miembros un ahorro en los presupuestos de más de 100 millones de euros.