La Comisión Técnica responsable de estudiar los impactos ambientales generados por las empresas que trabajan en Camisea llegó a la conclusión que los daños en el Cusco ascenderían a 20 millones 92 mil 158 dólares.
“Según el informe del grupo de trabajo -presentado por el presidente regional Carlos Cuaresma-, las obras realizadas por el consorcio Transportadora del Gas del Perú (TGP) y las diferentes empresas subcontratistas, como Techint y Pluspetrol, habrían afectado la agricultura, salud, flora y fauna y recursos hidrobiológicos de la provincia de La Convención.”
El documento precisa que los daños producidos en el sector agricultura, principalmente en los distritos de Quellouno y Echarate, ascienden a tres millones 759 mil 129 dólares. En cuanto al deterioro del suelo, se considera que el perjuicio alcanza el millón siete mil 380 dólares, mientras que las pérdidas en agua ascenderían a 124 mil 179 dólares
Es interesante recordar que en octubre del 2002 estuvimos en el Valle de La Convención llevando a cabo un reportaje sobre, precisamente, los daños en que incurrían estas empresas en el Cusco. El vídeo Valle de La Convención, Cusco: Tierra de Nadie, sólo fue visto en Arequipa, Cusco y Cajamarca. Ningún programa televisivo de Lima o de repercusión nacional quiso comprometerse en su propalación. Pero, ahora hay una comisión técnica que documenta temas similares a los expuestos en la cinta aludida.
Pluspetrol es una empresa de formato pequeño. El contrato de Camisea se hizo con multitud de yerros y prisas sospechosas que hasta hoy no han sido esclarecidas. Fue firmada por Valentín Paniagua aún a pesar de la oposición de un sector de parlamentarios que instaba a esperar un régimen constitucional nacido del voto. Hay una empresa Hidrocarburos Andinos SAC que ingresó al contrato antes siquiera de haber sido firma registrada públicamente y que se hizo del 10% de la participación. Hoy ha desaparecido y en su lugar figura Tecpetrol, propiedad al 100% de Techint.
Las cabeceras de los cerros han sido destruidas. Los desechos se botan al río contaminando sus aguas y envileciendo su calidad para los humanos y para la fauna ambiente. La discriminación racial ha sido evidente y el menor pago recibido por peruanos es un lastre que jamás ha recibido una sanción ejemplar.
Pero en Camisea hay muchos poderes en juego. Se habla de la exportación del gas hacia México y aún no hay ningún trato serio. Se trae a Lima un ramal para un mercado pequeñísimo porque este negociado de la construcción es una mina de oro.
El modelo que se quiere seguir imponiendo, merced a los mandatos de las grandes potencias que diseñan qué consumen y quiénes producen o qué hace cada quien, es el primario-exportador. Hemos vuelto a ser lo que Haya de la Torre mencionó en 1928: país-campo.
El problema radica también en que la desinformación es metódica y cínicamente cultivada para evitar una mayor fiscalización. ¡Pero eso tiene que cambiar!
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
Hay que romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz.
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