Carlos Castaño, ex jefe paramilitar

Entre la impunidad y la extradición se debate el proceso de Blanqueo (judicial y económico) de sus socios los narcoparamilitares que realiza Álvaro Uribe Vélez, a quien el diario gubernamental El Tiempo en su editorial del 25 de marzo, en el colmo de la postración, ha resuelto llamar "el Comandante en jefe de la Nación y del Estado".

La encrucijada sin aparente salida a la que se ha llegado, forma parte de la absurda pretensión de querer imponer un proyecto de guerra contrainsurgente ajena llamado Iniciativa Regional Andina-Plan Colombia, como un proyecto fariseo de paz y reconciliación a la sociedad colombiana.

El gran capellán de esas tropas de la Nación y el Estado, el varonil Cardenal Pedro Rubiano, en estos días de santa pasión recogiendo el profundo querer de su rebaño desde su púlpito y como un ramo de olivo para la paz, así lo sentencia: "Nadie se entrega para que lo extraditen". Aunque viéndolo bien, esa verdad que no se tuvo en cuenta al iniciar el negocio, ya la habían dicho hace años los jefes máximos o capos de los Paras, Carlos Castaño y Salvatore Mancuso, mucho antes de comenzar el sainete oficial.

Si la justicia colombiana cede su soberanía formal a las Justicias de EE.UU., o de España, o de Italia, que también los solicita por cargos de narcotráfico y que nada tienen que ver con los delitos atroces y horripilantes cometidos en Colombia durante su guerra santa en defensa de la Nación y el Estado en contra de los comunistas ateos; se acaba la pantomima. Y si no lo hace, la presión de estas jurisdicciones para llevar a esos capos a sus países, con el fin de que entreguen las rutas de embarque y las enormes cantidades de dólares que le han sacado al tesoro de los Estados Unidos, continuará en aumento, amenazando la continuidad de la opereta.

Por otra parte, los intentos de crear una nueva Para-Justicia llamada impunidad, cuyo proceso de reglamentación está muy avanzado en códigos y leyes de alternatividad penal, todos ellos espurios. Así como los fallos dejando en libertad a los mas claros exponentes del paramilitarismo en Colombia, como al exministro samperista Marulanda-Grillo, o al esmeraldero Carranza a quien también solicita en extradición por narcotráfico la justicia Italiana, o al pacificador de Urabá el general Ritoalejo del Río, o el que reclama para limpiarse de la masacre de Mapiripán el general Uscátegui, so pena de hacer estallar otro nauseabundo proceso ocho mil; han chocado con la cerrada oposición de todos los organismos humanitarios trans y multi-nacionales que existen en el globo mundial; quienes van a continuar solicitando una verdadera Justicia con reparación y conocimiento de toda la verdad de lo acontecido en los últimos 20 años de terrorismo de Estado en Colombia, y que no cabe duda aguarán el exclusivo cóctel de Uribe Vélez.

Es decir, si se aplica una verdadera justicia los capos de los paras no harán negocio, pues también lo han dicho con suficiente claridad y anticipación :"No pasaremos ni un solo día en la cárcel".Y sino se aplica la Ley global, el microscopio humanitario enfocado en Colombia, tampoco tolerará más la función de prestidigitación que se adelanta en el proscenio de los medios de comunicación. El refrán popular lo grafica así: "palo porque bogas y palo porque no".

Es muy probable que salgan posiciones intermedias que buscarán convertir la chicha en limonada, para salvar o aunque sea prolongar el espectáculo un tiempito mas, como la que propone el principal senador de Uribe Vélez y quien fuera hace algunos años Ministro de Defensa Rafael Pardo Rueda. O que se apruebe la ley de alternatividad penal y se deje la potestad judicial de extraditar a los colombianos en las manos del político que ocupe la Presidencia de la Republica, tal como lo propone la embajada de los Estados Unidos en Bogotá.

Pero la realidad, la terrible realidad nos indica : 1) que hay dos delitos separados cometidos contra la humanidad como son el narcotráfico y el genocidio. 2) que no puede castigarse uno sin el otro. 3) que el Régimen y el Estado colombiano no podrán quitarse de encima a su propio engendro paramilitar, ni aunque use jabón Poncio Pilatos y 3) que tendrá que responder ante todos por lo que ha hecho, aunque para ello se derrumbe con todos sus filisteos.