La oposición que en países de América Latina llevan a cabo políticos y legisladores conservadores contra la anticoncepción de emergencia, la despenalización del aborto, etc. está coordinada por el Consejo Pontificio para la Familia, que para ello ha establecido en reuniones interamericanas una agenda transnacional, y por la coalición católica estadounidense Human Life Internacional, de cuya rama latina, que es Vida Humana Internacional, con sede en Miami, es filial en Perú el Centro de Promoción Familiar y de Regulación Natural de la Natalidad, Ceprofarena, que en los últimos años ha estado presidido por Blanca Neira.

Años antes de ser ministro de Salud, Fernando Carbone fue presidente de ese centro y el 27 de mayo de 2003, en concordancia con esos proyectos católicos internacionales, aprobó nuevas regulaciones que, entre otras cosas, exigen a las mujeres registrar sus embarazos “desde el momento de la concepción”.

Otro político peruano que promueve esos proyectos es el congresista Hector Chávez Chuchón, quien ha centrado parte de sus esfuerzos en obstaculizar el uso del dispositivo intrauterino y de la anticoncepción de emergencia.

El 28 de febrero de 2003, Chávez Chuchón presentó el proyecto de ley 5756 para dejar sin efecto la Resolución Ministerial 399-2001-SA/DM, que incorpora la Anticoncepción Oral de Emergencia, AOE, a los métodos de planificación familiar aprobados y disponibles desde los servicios de salud del Estado.

En ese tiempo, coincidiendo con la posición de Chávez Chuchón, la Iglesia Católica representada por la Conferencia Episcopal, señaló que la vida humana se inicia desde la concepción y que el concebido es un ser humano. Indicó que el levogestrenón, es una hormona que está puesta en muchas pastillas anticonceptivas. Todos los fabricantes declaran que tiene tres efectos: que inhibe la ovulación; impide la migración del óvulo e impide la implantación del óvulo fecundado; es decir interrumpe la vida humana. Las otras confesiones señalaron que la procreación es una función de la familia; sin embargo son ellas quienes tienen la potestad de decidir cuándo y cuántos hijos tener.

Por su parte, el congresista Héctor Chávez Chuchón manifestó que “como médico que somos entendemos que todos los métodos artificiales de planificación familiar son lesivos, son dañinos, algunos hasta abortivos como el caso de la T de cobre....Entonces señores es nuestra responsabilidad como legisladores proteger al más débil y el más débil es el no nacido y es allí donde nosotros tenemos que cuidar y preservar el futuro”.

Sin embargo, los órganos técnicos consultivos, el Colegio Médico del Perú y la Sociedad de Obstetricia y Ginecología han señalado que "la Anticoncepción Oral de Emergencia, constituye un método anticonceptivo recomendado por la Organización Mundial de Salud (OMS) como un procedimiento de excepción para prevenir el embarazo. Por ello incluyó -desde noviembre de 1995- las píldoras combinadas, llamadas así por contener estrógenos y progestágenos, en su línea modelo de medicamentos esenciales con el propósito de facilitar su accesibilidad a las personas; y desde noviembre de 1999 agregó a la lista sólo por levonorgestrel".

En realidad, el debate sobre la anticoncepción de emergencia, que es un recurso muy valioso para evitar los embarazos no deseados y por lo tanto los abortos en casos como el de violación o cuando no se usó algún método de anticoncepción, se ubica en el plano político religioso, pues algunas iglesias, concretamente la jerarquía católica se oponen a su uso ante todo para evitar que las personas puedan atentar contra una moral basada en la idealización de la abstinencia sexual.

Creer que puede haber un aborto dentro de las 72 horas posteriores a la relación sexual es una creencia que puede a muchos parecernos extravagante pero perfectamente legítima en el nivel privado y personal. Quienes así piensen y si además creen que el aborto es un asesinato están en su derecho de no recurrir a las píldoras de anticoncepción de emergencia, pero lo que está haciendo el clero católico y sus aliados políticos en los diferentes países es atentar contra la libertad de cada quien de actuar conforme a sus propias convicciones, en lo que viene a ser una versión actual de las prácticas inquisitoriales contra la libertad de conciencia.

Chávez Chuchón es un personaje muy vinculado al mencionado grupo internacional HLI-VHI, la cual en su boletín electrónico del 21 de agosto de 2002, menciona que “...tuvo el honor de recibir recientemente en sus oficinas a Héctor Hugo Chávez Chuchón, Presidente de la Sub-Comisión Investigadora de Personas e Instituciones Involucradas en las Acciones de Anticoncepción Quirúrgica Voluntaria (AQV)”.

En noviembre de 2002, Carbone y Chávez Chuchón estuvieron presentes en el Cuarto Congreso Nacional sobre Métodos de Planificación Familiar, organizado por Ceprofarena, con la presencia de representantes de VHI, entre ellos Tom Euteneuer, sacerdote estadounidense que encabeza ese grupo. Según Euteneuer, en ese evento Carbone se refirió a cómo el departamento de Salud, a su cargo, estaba reduciendo la tasa de mortalidad materna sin legalizar el aborto, contrariamente a las propuestas de “las feministas”, según afirma la relatoría que de ese evento ha difundido HLI-VHI.

De acuerdo con Euteneuer, otro de los congresistas católicos presentes en ese evento era el “heroico” Héctor Chávez Chuchón, a quien Euteneuer describe como “un maravilloso amigo de HLI”.

Recientemente, con motivo de la polémica sobre la AOE, un grupo de parlamentarios peruanos, liderado por el presidente de la Comisión de Salud, el “heroico” Dr. Héctor Chávez Chuchón, ha enviado un carta a la Dra. Mazzetti, titular del Ministerio de Salud, amenazándola con una denuncia constitucional si el MINSA distribuye la AOE.