Argentina y Brasil respaldan al presidente Mesa y han decidido darle un
espaldarazo en el tema central del referéndum en Bolivia, sobre la
exportación del gas.

Se trata también de que esta nación, ahora estratégica para la integración
de Suramérica, no sufra una crisis interna muy seria, dice un artículo del
diario El Mundo de España y agrega: "El objetivo es conjurar el retroceso de
esa nación a la era incaica."

Esta algo desatinada observación es para poner énfasis en las actividades de
ciertos grupos minoritarios, étnicos, regionalistas o pseudoideológicos que
están conspirando -a veces violentamente- constantemente contra la endeble
democracia boliviana. Esta circunstancia es aprovechada por algún analista
de tercer nivel en EE.UU para lanzar una tesis, como la del "suicidio de
Bolivia". Y, de rebote, la nada original idea -ya la revista Time la
propuso hace más de medio siglo- es utilizada por escribidores de menor
nivel aún, dentro y fuera de Bolivia, como un escritor servil a un
ex-dictadorzuelo que utilizó el decimonónico término de "polonización’, o un
columnista al servicio del exilio cubano -la mera gusanera-.Y, por supuesto,
esta difusión por los activadores de ventiladores de mierda, siembra alarma
geopolítica.

Y Bolivia, cuyo presidente Carlos Mesa -por fin un mandatario con sentido de
la historia-, trata, contra todos los vientos de estabilizar al país con una
democracia ordenada y progresista, está recibiendo el apoyo de Argentina,
Brasil, México la Unión Europea y, aunque un poco tarde, también de
Washington.

Lo cierto es que Mesa trata de aprovechar este apoyo y salvar a Bolivia de
ser destruida por su propia población parasitaria, que vive del Estado,
pero no paga impuestos; que disfruta y abusa de las libertades de la
democracia, pero no respeta ni reconoce, con bloqueos, chantajes y farsas,
ridículas y cobardes amenazas de separación, los esfuerzos de la gran
mayoría de la población, que se mantiene trabajando estoicamente y con
corajuda fe en el destino de Bolivia, no como su predecesor, que actuó con la
más imbécil soberbia ante las ofertas de apoyo internacional. El respaldo
internacional, en esta época global, es importante para una nación pobre y
boicoteada por sectores de su propia población.

Los presidentes Lula y Kirchner aspiran a formar con Bolivia, un poderoso
polo energético, según el artículo firmado por el corresponsal de El Mundo
en Latinoamérica, Ramy Wogaft.

Bolivia, según el artículo publicado en el diario de España, puede llegar a
recaudar unos 10 mil millones de dólares anuales por concepto de exportación
de gas.

Brasil y Argentina son los socios mayores del Mercosur, el proyecto de
integración continental que ya está en tratos de un acuerdo de libre
comercio con la Unión Europea.

Y, como al mismo tiempo, Bolivia es miembro de la Comunidad Andina, se
convierte, por su ubicacion geopolítica -el corazón de Suramérica-, en país
nexo, puente, o bisagra, pero país activo y respetado en la comunidad
internacional.

Por todo esto es importante frenar la labor destructiva de estos grupos
integristas -’hechos con bilis y saliva’-, según precisa descripción del
semanario Pulso de La Paz./ BIP