Convocada por 92 organizaciones sociales, sindicales y defensoras de los derechos humanos, y aceptada por delegaciones de 11 países de Europa y América, entre el 22 y el 25 de junio de 2004 se llevó a cabo la Caravana internacional por la vida de los trabajadores y trabajadoras de Colombia.

Las delegaciones se distribuyeron, durante los tres primeros días, en comisiones que recorrieron Cali, Medellín, Bucaramanga, Barranquilla, Bogotá, Barrancabermeja y Arauca, además de algunas poblaciones cercanas a estas ciudades. En el día cuarto, a su regreso de las regiones, se reunieron en Bogotá con las organizaciones sociales para presentar los informes de lo visitado, escuchar las propuestas de las distintas organizaciones allí presentes y brindar una rueda de prensa.

Algunos elementos de su declaración política

En su recorrido por el país esta delegación registró uno de los más alto índice de sindicalistas asesinados en el mundo, la misma que lleva a una situación humanitaria crítica, Verificó, así mismo, que la respuesta que brinda el Estado es la impunidad, y su consecuencia inmediata: el creciente temor entre la población para denunciar la violencia que le afecta. Para los delegados, sin duda alguna, las comunidades han mantenido una digna resistencia pero las políticas oficiales y la intervención de las multinacionales que se benefician del paramilitarismo, han afectado y neutralizado en gran parte su acción.

Ante esto, la delegación internacional decide:

 Presentar ante los organismos oficiales de los países de origen de las respectivas delegaciones, la crisis humanitaria colombiana y exigirles que no apoyen a este gobierno y que le exijan el respeto por los derechos humanos y la par de la reparación integral de las víctimas.

 Hacer presencia en diferentes foros para difundir, sensibilizar y crear coordinación internacional en apoyo a la resistencia de estas comunidades colombianas, denunciando los tratados de libre comercio, el Plan Colombia y promoviendo las campañas contra las multinacionales, que avalan, por acción u omisión, esta violencia: Nestlé, Coca Cola, Drumond, OXI, REPSOL, BP.

 Plantearle a la OIT, que cree una Comisión de Encuesta para Colombia, que exija el respeto de los derechos humanos de los trabajadores y trabajadoras y condene la política de impunidad ejercida desde el gobierno colombiano.

 Que esta iniciativa se institucionalice como una Caravana permanente por la Vida y los Derechos de los Pueblos de Colombia.

 Declarar el 22 de julio como Día Internacional contra la Coca-Cola, y la realización de la semana de acción internacional contra Coca Cola.

 Continuar el proceso de conocimiento de las multinacionales. Apoyar el fortalecimiento del Observatorio social de empresas multinacionales, megaproyectos y derechos humanos.

 Mantener comunicación con los organismos de control y justicia que han visitado en Colombia, para velar por los derechos humanos y exigirles que el proceso de negociación con los paramilitares no este basado en la impunidad y el olvido de las victimas.

 Que los crímenes sufridos por los sindicalistas en los últimos 18 años puedan estructurar un cuadro de genocidio sindical. De esta manera adelantar demandas contra el gobierno colombiano y contra quienes se han beneficiado del genocidio.

 Buscar, con respecto a los sistemas de protección de derechos humanos interamericano y de la ONU, su pronunciamiento a través de la presentación de casos concretos.

 Impulsar un mecanismo de exigibilidad de justicia, similar a un Tribunal Internacional de Opinión que, sin perjuicio de que se ocupe de casos emblemáticos violatorios de la vida y de la dignidad humana, examine de manera principal las políticas públicas de carácter económico y social negadas a los trabajadores y las trabajadoras e igualmente las políticas públicas y la legislación penal que permitieron el genocidio sindical. Así mismo, el Tribunal Internacional de Opinión abrirá un escrutinio a los legales y paralegales que instrumentalizaron las políticas públicas y no públicas de terror contra el movimiento sindical colombiano.

 La caravana solicita de los actores armados presentes el respeto al Derecho Internacional Humanitario.

 La caravana contribuirá en la difusión del S.O.S. por la vida de los sindicalistas colombianos, convocado por las centrales internacionales para el segundo semestre de 2004.

 Finalmente, las delegaciones asistentes a la Caravana se proponen elevar consultas a expertos a objeto de estudiar la posibilidad de llevar casos específicos o el caso de genocidio sindical ante la Corte Penal Internacional.