Con motivo del FSA se realizó en el auditorio Monseñor Oscar Romero, el seminario «Plan Colombia e iniciativa regional andina»; en el evento, se trato sobre la incursión armada dirigida por los Estados Unidos, según la versión del pueblo colombiano, así como los efectos sociales y políticos de la misma.

El evento no pudo contar con la presencia de los organizadores, iniciándose así con la participación amena de los asistentes que estaban interesados en tratar el tema.

Se notó claramente la oposición de los representantes de diversas organizaciones sociales al Plan.

Todos los expositores expresaron el descontento a las políticas neoliberales tomadas por el gobierno de Uribe. Según Luís Pantoja, delegado de la Juventud Comunista Regional Nariño, el Plan Colombia no es más que un eje armamentista del partido burgués de Alvaro Uribe para acallar a las organizaciones sociales.
Según Ángel Jair Mosquera, representante de la Asociación Veredal de Campesinos de la Campiña Pescador Caldoso, Cauca, Colombia (ASOVECA), el Plan Colombia no ha significado más que la desolación de los pueblos campesinos de Colombia.

La preocupación general se debe a que el llamado apoyo dado a Colombia para que se realice el Plan Patriota, no se ha visto, y quienes han tenido que pagar «los platos rotos» es el pueblo colombiano. A más de ello se ha realizado una campaña de desprestigio del movimiento insurgente colombiano, rebajándolo del status de guerrilla política a un simple grupo terrorista.

Pero las propuestas no fueron solo políticas, fueron también de carácter ecológico. La Fundación «Orientación Ecológica», planteó la utilización de nuestros recursos naturales, evitando así la destrucción de nuestro ecosistema y evitando también la explotación desmedida de parte de grandes transnacionales a nuestros productos endémicos, así como también el fomento de una actividad agrícola basada en el uso apropiado de la tierra.

En resumen podemos decir que el Plan Colombia es una estrategia más del imperio norteamericano para controlar política y económicamente la región andina, basándose en una mal llamada lucha en contra del «narcoterrorismo», cuando para luchar contra el tráfico de drogas debería empezar en su propia nación, que es considerada la mayor consumidora ilegal de drogas en el mundo. Nos damos cuenta que Estados Unidos pretende mancillar la soberanía de los pueblos latinoamericanos, sin importarle la gran cantidad de caos y destrucción masiva que producen estos intentos.