Construir alternativas de una base organizativa permanente, recuperar la soberanía de nuestros países, movimiento de migrantes latinoamericanos organizados, formar un contrapoder colectivo, son las propuestas que generó el Seminario “Pax americana en las Américas. Las nuevas tendencias de la política exterior de Estados Unidos”.
El escenario fue el Aula Magna de Educación de la Universidad Católica, este 28 de julio desde las 14h00.

Laura Carlsen
(del Programa de las Américas de IRC. Inter-hemispheric Resource Council. EEUU) inició el encuentro. Afirmó que los Estados Unidos, dentro de su Política Comercial, quiere abrir accesos a los mercados latinoamericanos para vender sus productos y excedentes, como los granos en el caso de la agricultura. Quieren imponer un “Nuevo Modelo de Propiedad Intelectual”, ya que la patente constituye una nueva modalidad de explotación de recursos en contra de la piratería y otras formas de compartir en Latinoamérica. Por último, pretenden establecer la “protección a la inversión extranjera”, que pasa por encima de las leyes locales, nacionales y regionales.

Ante las dificultades de la negociación del Área de Libre Comercio de las américas (ALCA), privilegian los tratados bilaterales o secundarios, para sumar a los países americanos en el sistema de Libre Comercio, pero manejan una lógica contradictoria en la que intervienen los intereses de sus grupos de poder económico.

El TLC no es un Tratado, porque se maneja como un acuerdo en los Estados Unidos, en cambio para el resto de países pasa por encima de las leyes nacionales, con inestabilidad para el futuro. No es Libre por la protección y control que recibe del poder, sin contemplar las necesidades de los otros países. No es Comercial, por la imposición de bajas tarifas y aranceles, con más derechos a la inversión y a la propiedad intelectual.

¿Cómo construir alternativas? Los enormes avances de la educación popular deben llegar a un entendimiento de la crisis de esta política comercial, porque no hay una base organizativa permanente para ir más allá. Si andamos solos, corremos el riesgo de llevar la batalla sin librarla. Tenemos ejemplos como los de Brasil, que paró los planes del ALCA y la OMC.

Tom Barry
(representante de Foreign Policy in Focus de IRC. EEUU), dijo que Pax Americana lleva dos siglos de prueba, pero no hay pax si no hay progreso. Bush prometió que este sería el siglo de las Américas, a través del Antiterrorismo, con mayor presencia global para la seguridad. Ello lleva implícito una ideología de poder con la creencia en la superioridad del sistema y los valores estadounidenses.

La política exterior de los Estados Unidos contempla una agenda imperial, con dos nuevas tendencias de la política militar para América Latina y el Caribe: el crecimiento de la ayuda militar y el cambio de la guerra de lo que era: contra el comunismo, a lo que hoy es: contra el narcoterrorismo en nuestras regiones.

El Comando Sur de los Estados Unidos reportó, a cargo del general Hill, que enfrentan dos amenazas, el tradicional problema del Narcoterrorismo y el emergente de las pandillas, los grupos armados y el populismo radical que refuerzan el sentimiento antiestadounidense, por tanto constituyen un peligro para la seguridad. Así se justifica la política de control militar.

Actualmente las bases de sus operaciones están en 17 instalaciones de América Latina (entre ellas la de Manta-Ecuador). Las tropas estadounidenses llegan de ocho mil a diez mil efectivos. El año pasado se entrenó a 24 mil militares de los países latinoamericanos en su denominada “Operación para la Seguridad”.

Eduardo Gudynas
(de CLAES / D3E. Uruguay) reflexionó: ¿Cuál es el objetivo de los Estados Unidos? ¿Qué hay detrás?.. Los Estados Unidos impiden los intentos de integración latinoamericana, Chile no pudo ingresar al MERCOSUR por acción de Bill Clinton en el año 2000.

La insistencia estadounidense es el de controlar y regular a Latinoamérica de manera comercial y militar, fundamentándose en la estrategia de la seguridad nacional.

Por ello existe una fusión entre la Agenda Económica y la Agenda de la Seguridad Nacional. En éste último se asume explícitamente el Libre Mercado.

Se postula el Libre Comercio como principio moral, pero de él no hay análisis racional: No es libre porque nadie puede irse contra él y la estrategia de Comercio es asimétrico y desregulador para el resto de Latinoamérica. No es comercial porque son temas no comerciales los que se manejan en la agenda. De alguna manera dicen: “los que digan lo contrario recibirán condicionamientos o sanciones”.

Ante la regulación y control del poder en nuestros países, “ya no hay soberanía si las estrategias de desarrollo vienen de afuera”, indicó. Debemos recuperar la soberanía de nuestros países a través de una estrategia coordinada de los movimientos sociales.

Oscar Chacón
(de Enlaces América EEUU) expresó que «la Política de Migración siempre ha sido una política externa, que no sirve más que para asegurar la mano de obra que la economía estadounidense necesita».

En los últimos años es un desafío el cómo asegurar los márgenes de unidad familiar entre los migrantes y sus familiares. Sin embargo, Estados Unidos promueve el denominado “principio humanitario”, con una serie de medidas, parches, ingeniosos programas de protección ambiental, etc., para promover su imagen al exterior. Pero el concepto de “protección humanitaria” se estableció en la guerra fría, con la idea de protegerse de aquello que se vaya contra los Estados Unidos. Estableció dos criterios:
“Nuevos migrantes son malas noticias”, en esencia esto es un factor político, un enfoque enfermizo que pretende asegurar mecanismos potentes que lleven a detener los flujos migratorios con mecanismos de control. Pero el segundo criterio es que “en realidad no son malas noticias, son buenas noticias”, la transferencia de las remesas supera el monto de las inversiones privadas, la inyección de los migrantes permite maximizar los beneficios de la economía estadounidense, a pesar de que no gozan de marcos generosos de protección.

Sugirió un movimiento de migrantes latinoamericanos organizados, para ser agentes políticos, con mejores maneras de incidir en Latinoamérica y el Caribe.

Alejandro Bendaña
(Centro de Estudios Internacionales CEI Nicaragua) recordó que el imperio lleva una larga historia en las facetas de la política latinoamericana, significa extracción de riquezas y control. El poder de Estados Unidos tiene diferentes tentáculos, por ello hay que entender la estrategia de la Política Económica ¿Es Estados Unidos quien manda? La realidad es que grandes grupos financieros corporativos dan las instrucciones al gobierno estadounidense para aplicar las políticas. Las fuentes son la Casa Blanca, las Corporaciones y los Bancos, éste último como instrumento de la Tesorería de los Estados Unidos.
Lo ideológico es un mecanismo de control que existe entre las élites y los gobiernos: una exigencia de la Tesorería de los Estados Unidos es que los ministros de Economía o Finanzas de los países latinoamericanos hayan recibido formación neoliberal en alguna universidad.

En la migración existe una fuerte dosis de racismo, lo cual condiciona el tipo de diálogo y la concepción de nuestros pueblos. Pax americana es un fracaso, es imperial con alto grado de subyugación.

Al final indicó que debemos recuperar la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, formando el contrapoder colectivo. Si Chile y Argentina dejan de pagar a los Estados Unidos, puede quebrar la bolsa de Nueva York. Eso es poder.