El 9 de agosto, en la Plaza de Bolívar de Bogotá, se realizó la Galería de la Memoria como homenaje a los miles de hombres y mujeres que perdieron la vida en el genocidio contra la Unión Patriótica (UP). Entre ellos, Manuel Cepeda Vargas, senador de la UP elegido por voto popular, quien fue asesinado hace 10 años por la cúpula militar y la jefatura de los grupos paramilitares. Este atentado fue parte del “Plan Golpe de Gracia”, cuyo fin era eliminar a líderes de la UP sobrevivientes. Desde el año 1985, más de 3000 miembros de la UP fueron asesinados, torturados, desaparecidos, desplazados, despojados de sus bienes y detenidos arbitrariamente. Hasta hoy sus muertes continúan en la más completa impunidad.

La UP surgió en 1984 como una propuesta política de oposición, democrática y convergente, cuyos integrantes eran civiles provenientes de diversos sectores sociales, además de exguerrilleros de las Farc, quienes se encontraban en un proceso de negociación política con el ex presidente Belisario Betancur Cuartas. El proceso de paz entró en un proceso de agotamiento y buena parte de los ex guerrilleros que se sumaron a la propuesta de la UP también fueron asesinados o desaparecidos.

Desde entonces, las víctimas de la UP han vivido la indiferencia del Estado. Pero también la estigmatización de quienes no soportan a quienes piensan diferente. «Han manipulado de tal manera a la opinión pública que aquí se cree que hay gente que se merece lo que le pasó. La labor que tenemos los colombianos es mostrar que nadie se merece que lo maten, que lo torturen o que lo secuestren», afirma Claudia Girón de la Fundación Manuel Cepeda Vargas.

Por lo tanto, el problema no es de los familiares de la persona asesinada. El lío es de todo un país que debe entender que los victimarios son responsables, vengan de donde vengan, y que las víctimas tienen derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación.

Instalación y montaje

A las 10 de la mañana empezó el montaje de la Galería de la Memoria con la participación de la Fundación Manuel Cepeda Vargas, la Corporación Reiniciar, Asfades y Brigadas Internacionales de Paz. Ni la lluvia, ni el frío fueron obstáculos para poner en escena las imágenes, los documentos y los objetos que pertenecieron a las personas asesinadas y desaparecidas de la UP, en una estructura itinerante. La Galería se destacó en la Plaza de Bolívar de Bogotá no por su gran montaje sino por su contenido simbólico y político.

El significado de la Galería va más allá de una exposición de imágenes. «La Galería es una especie de museo ambulante, ejercicio que hemos hecho durante 10 años, donde participan las familias víctimas de distintas formas de violencia contra los derechos humanos. Se trata, esencialmente, de preservar, de cara a la sociedad, la memoria de lo que ha ocurrido. Para nosotros las víctimas son parte de la memoria. Es decir, las personas que conservan el recuerdo de lo que ha pasado para que las generaciones que vienen no olviden lo ocurrido y eviten repetir la misma historia. Además de preservar la memoria, se pretende que las víctimas de la violencia accedan al espacio público para que puedan hablar con la ciudadanía y exigir justicia. Los medios de comunicación, los espacios institucionales, el Congreso y los Concejos Municipales no lo permiten», comenta Iván Cepeda, hijo de Manuel Cepeda Vargas.

Reconocer que el problema de la violencia no es de unos pocos sino que le concierne a todos fue otro de los objetivos de la Galería. «Invitamos a la gente para que se reconozca en la realidad nuestra porque no es un problema de esos otros, sino que es un problema que nos ha pasado a todos. ¿Cómo es posible que en un país democrático hayan desaparecido a todo un partido político y no haya pasado nada, además que la gente piense que es un problema personal?», agrega Claudia Girón.

Recorriendo la Galería

Al ingresar a la Galería se encuentra como elemento central un mapa de Colombia formado en collage con los rostros de algunos miembros de la UP asesinados, torturados o desaparecidos. A los costados se ubican imágenes intervenidas que relatan hechos y momentos políticos de algunos de los principales protagonistas de la UP como Jaime Pardo Leal, ex magistrado y candidato a la Presidencia de la República en 1986; Bernardo Jaramillo Ossa, senador y candidato a la Presidencia; Manuel Cepeda Vargas, miembro del comité ejecutivo del Partido Comunista y senador por la UP y Pedro Malagón, diputado del Meta, entre otros líderes asesinados.

En la exhibición se pueden observar, también, documentos, libros y fotografías que hicieron parte de la vida de Manuel Cepeda. Además, Iván Cepeda explicó a los asistentes cada una de las piezas que forman el rompecabezas del asesinato de su padre: las gestiones que se hicieron para denunciar el “Plan Golpe de Gracia”; la carta del Ministro de Defensa, donde señala que los miembros de la UP no aportaron pruebas sobre el asunto denunciado; la reseña informativa del asesinato; y el libro de Carlos Castaño, quien confiesa que el ...«9 de agosto de 1994 viajé a Bogotá y dirigí el comando que ejecutó al senador Manuel Cepeda Vargas. Ordené su muerte por repuesta a un asesinato cobarde que perpetró las Farc». Iván Cepeda puntualiza que «el asesinato fue el del General Carlos Julio Gil Colorado, caso en el cual a finales del año pasado, la justicia condenó a los propios militares».

En cuanto al significado de la importancia política de Manuel Cepeda, Claudia Girón expresa que «nos interesa mostrar que Manuel significó, en un momento dado, una esperanza para el país porque la UP surgió a raíz de una negociación de paz».

El mismo 9 de agosto, cuando fueron las 12 del día, organizadores y asistentes de la Galería de la Memoria marcharon en la Plaza de Bolívar para exigir verdad, justicia y reparación.

Por último, Bruno Díaz, presidente del Concejo de Bogotá entregó un pergamino a los familiares de Manuel Cepeda que contiene la proposición, recientemente aprobada en el Concejo y que fue respaldada por la totalidad de los 45 concejales que integran la Corporación. La proposición Nº 320 señala que «el Honorable Concejo de Bogotá se permite rendir tributo a la memoria de este connotado dirigente político y luchador popular y expresar su solidaridad a las familias y militantes que vivieron esta trágica página de la historia política de nuestro país».

Comisión de esclarecimiento

Aunque el actual Gobierno impulsó una comisión para esclarecer el genocidio contra la UP, los familiares de las víctimas son muy escépticos de los resultados. «Este Gobierno nos suscita muchas dudas -afirma Iván Cepeda-, no es claro con la opinión pública. Mientras está sentado en esta comisión, continúan los crímenes contra los miembros de la UP, en estos dos años de Gobierno, hemos contado cerca de 100 asesinatos. Nos preparamos para una lucha muy larga para buscar justicia, para eso hacemos cosas como las que estamos haciendo hoy. Sabemos que si en Colombia no conseguimos justicia, los tribunales internacionales van a tomar cartas en el asunto como ha ocurrido en otras partes».

El caso de la UP se haya pendiente de una decisión de fondo por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, donde fue denunciado por la Dirección Nacional de la UP, liderada en ese momento por Aída Avella Esquivel, a través de las ONG de derechos humanos Corporación Reiniciar y Comisión Colombiana de Juristas.

Las víctimas de la violencia en Colombia no dejarán de exigir la verdad, la justicia y la reparación. No pueden pasar la página, como quiere el Gobierno, y legitimar ante la sociedad un proceso con los grupos paramilitares, quienes han violado los derechos de gran parte de la población. Algún día, para lograr la reconciliación nacional, los colombianos tendrán que despertar del letargo que crea la impunidad.