Como seguramente les sucedió a casi todas las personas que, el día domingo, aprovechando las horas libres del fin de semana, se pusieron a revisar la prensa escrita, nos sorprendimos con la información de que Gonzalo Sánchez de Lozada, en horas de la noche, dirigiría un mensaje al país. Considerando que no han transcurrido todavía ni once meses desde su forzada renuncia al gobierno, la noticia de que Goni reaparecería a través de la televisión, ciertamente, se convirtió en la noticia del día. Diez minutos antes de las 9 de la noche, miles de personas sintonizamos los canales televisivos nacionales dispuesto a no perder ni una palabra de lo que el ex-presidente podría decir.

A la hora anunciada, sin preámbulos de ninguna naturaleza, efectivamente apareció la imagen de Sánchez de Lozada en la pantalla chica. Contra lo que, a lo largo del día, una febril imaginación pudo sugerirnos, el mensaje fue corto. Al cabo de la presentación, dos impresiones iniciales quedaron como saldo generalizado: el tono de voz reveló un Goni sin fuerza, carente de convicción sobre lo que estaba haciendo y diciendo. Y, segundo, un “mensaje” poco claro y hasta dubitativo. Qué diferencia entre la apagada figura que se nos apareció ante los ojos y aquel presidente que, entre 1994 y 1997, diseñó y promulgó la Ley de Participación Popular; impulsó y condujo la reforma constitucional; dio paso al proceso de descentralización administrativa en el país, y llevó adelante, aunque no sin soberbia y subvaloración del pueblo boliviano, el programa de privatización de las principales empresas del estado.

Pero... ¿cuál fue el contenido del discurso que el renunciado ex-presidente emitió el domingo? Lo que es más, cabe preguntarse: ¿a quién estuvo dirigido realmente el spot televisivo? Tres parecen ser los “mensajes” transmitidos, enviados probablemente a diferentes sujetos: Uno. “Goni no se llevó dinero de los gastos reservados cuando abandonó el país”. Aclaración necesaria que, dado el estado de las cosas, no podía dejar de formular Sánchez de Lozada, dirigida al pueblo en su conjunto, por un lado, pero también al controvertido ex-Ministro de Gobierno Kukoc y a quienes dentro del MNR, seguramente, vienen utilizando el tema en su afán de defenestrar al jefe del partido;

Dos. “La investigación judicial que se realice sobre los sucesos de octubre debe abarcar a todos los responsables”. Quiénes son los destinatarios de este mensaje?: por supuesto, a) sus aliados políticos (MIR y NFR sobretodo) que hoy, junto a la bancada del MNR, tienen en sus manos los dos tercios del Congreso Nacional para autorizar el enjuiciamiento de Sánchez de Lozada; b) el actual presidente Carlos Mesa, quien, en su condición de Vicepresidente, se apartó de Goni recién después de haberse producido una veintena de muertos y decenas de heridos; c) los dirigentes vecinales, sindicales y políticos (la mayoría militantes del MAS y del MIP) que, desde la oposición, participaron activamente y dirigieron las movilizaciones sociales que culminaron con la caída del ex-presidente y en medio de las cuales se produjeron los muertos y heridos, y d) los mandos militares y policiales que tuvieron a su cargo la ejecución de las “órdenes” impartidas por el presidente, en forma directa y a través de los Ministros de Gobierno y de Defensa. Esta interpelación puede ser interpretada como un llamado de alerta o una convocatoria a cerrar filas a todos quienes formaron parte del gobierno que cayó el mes de octubre.

Y tres, “el esclarecimiento de los sucesos es necesario”. “Bolivia requiere justicia, no impunidad”, reza el tercer mensaje. Dicho en boca de Goni, claramente está dirigido al Congreso Nacional y a los operadores de la justicia (Corte Suprema y Fiscalía General), anunciándoles lo que, probablemente, sea una de las estrategias de su defensa, tanto en la sede parlamentaria (a través de la bancada del MNR y de parte de sus aliados) como en la judicial. La interpelación en nombre de la justicia y de la necesidad de evitar la impunidad realizada por Sánchez de Lozada no puede estar referida sino a quienes, según su particular punto de vista, hoy, desde posiciones sindicales, políticas o gubernamentales, estarían buscando evadir su responsabilidad a través del fácil expediente de atribuirle a él toda la culpabilidad. El tercer “mensaje”, por tanto, puede leerse como una notificación de que la decisión de poner a funcionar un gran ventilador de ocultas escatologías ha sido tomada.

Hasta el día sábado, la estrategia política y judicial de Goni, parecía estar basada en el asilo político otorgado por el gobierno norteamericano y en la calificación de “persecución política” que podría darse a cualquier juicio que se intentase en su contra. Hoy, las acciones futuras del ex-presidente parecen estar orientadas a asumir personalmente su defensa en el juicio de responsabilidades que podría iniciarse, retornando para ello a Bolivia. Una cosa, empero, es el pensamiento de Sánchez de Lozada y otra distinta, por supuesto, es la correlación de fuerzas sociales y políticas imperante en el país. Tres interrogantes caben, por ello, para cerrar esta columna: cuándo Goni decidió emitir su “mensaje”, ¿tendría una idea clara de la realidad vigente en el país, ciertamente adversa para él?; lo que lleva a preguntarnos ¿sostendrá en los próximos meses su aparente cambio de estrategia? Y finalmente, quizás tan solo debemos preguntarnos: ¿Goni, Goni.... qué estas haciendo?