La concha marina

La Shell mantiene la clientela más cara del mercado local. Al mismo tiempo lidera el downs dreamt (distribución minorista). Ocupó el primer lugar en el segmento "a" "b" y "c" del consumo de combustibles. Pero "Shell no explora ni explota crudo en el subsuelo argentino". Allí comenzaron sus problemas y allí entró a escena Pdvsa. Así lo explicó para Venezuelanaliysis, Ricardo Sarmiento.

Eso la obliga a comprar en el mercado interno y externo a un precio promedio de 43 dólares. Ese hecho la puso en desventaja, señala Sarmiento. Su tasa de ganancia empresaria comenzó a decrecer aceleradamente en los últimos ocho meses, frente a sus competidoras similares, Repsol; Esso y Petrobras.

Fue la primera empresa que aumentó los precios de los combustibles al consumidor desde que comenzó la escalada del barril por la crisis yanqui en Irak. Eso generó algunos roces con el gobierno de Néstor Kirchner.

Hoy la Shell está en retirada. Lentamente ha sido desplazada del 3°. al 4° puesto del mercado local por Petrobras y Esso. Petrobras es la multinacional más nueva en Argentina, ha sido la más favorecida por la silenciosa despedida de la petrolera mundialmente conocida por su concha marina.

Si se confirma la instalación de Pdvsa en Argentina, quedaría ubicada en el mercado de combustibles, entre YPF (la antigua empresa argentina, ahora propiedad de la "multi" espa-ñola Repsol) y Petrobras (Petróleos de Brasil). Según las informaciones obtenidas por este medio, Shell vendería completo su sistema nacional de expendio de carburantes, unas 900 estaciones a lo largo y ancho del territorio.

Los herméticos ejecutivos de la industria petrolera local se han negado a confirmar tal versión, pero tampoco la niegan. Sin embargo, una fuente allegada a la empresa semi estatal argentina Enarsa, dedicada a los negocios energéticos, nos contó: "Es una negociación redonda, porque la Shell quiere irse del mercado, al mismo tiempo que Pdvsa desea ingresar, y eso no se da todos los días". La fuente, que solicitó anonimato a este cronista, ve la negociación de ambos gigantes petroleros, como "una cuestión de semanas".

Olor a Pdvsa en Buenos Aires

Todo parece coincidir en los tiempos y los detalles. Alrededor de la segunda quincena de septiembre, se espera la llegada a Buenos Aires del presidente de la petrolera venezolana, Alí Rodríguez Araque, posiblemente con el Ministro de Energía y Minas, Rafael Ramírez. Esto lo dan como un hecho en las oficinas gubernamentales de Buenos Aires, aunque en Caracas se niegan a confirmarlo. Sin embargo, ya se conocen movimientos concretos. Por ejemplo, la negociación para adquirir un piso de oficinas en la exclusiva Av. Libertador, en la zona norte de esta capital, muy cerca de los astilleros, de los edificios financieros y el centro administrativo.

La llegada de los dos altos funcionarios venezolanos sería parte de una comitiva mucho más amplia y ambiciosa. Se espera la llegada del Presidente de Bancoex, el Ministro de Comercio y Producción, Willmar Castro, el Director de Cadivi, el ente regulador de los dólares internos y el presidente de CASA, la corporación que compra y distribuye alimen-tos y otros bienes de consumo popular.

Tan pesada visita oficial de connotaciones financieras y económicas mantiene con los ojos abiertos y las calculadoras listas, al gran empresariado argentino y a las firmas interna-cionales radicadas en Buenos Aires. Esta expectativa del mundo del dinero por los negocios con el triunfador gobierno chavista, es una de las nuevas dimensiones abiertas con el triunfo de Chávez en el Referéndum del 15 de agosto. Es parte de su nueva legitimidad internacional.

La otra dimensión se registra mucho más abajo, en los sectores trabajadores, subempleados y desempleados de la población del Mercosur. Allí, la "revolución bolivariana" multiplicó sus simpatías, pero en sentido contrario, como sinónimo de redención social.

Publicado en Revista Quantum N.32