Jorge Giordani

La presentación por parte del Ejecutivo a la Asamblea Nacional del Proyecto de Ley del Presupuesto para el Ejercicio Fiscal del año 2005 es un acto importante del funcionamiento del aparato del Estado. La fecha en cuestión es el 15 de octubre de cada año tal como igualmente sucedió también en esta oportunidad.

El contexto en el cual se presenta el Presupuesto 2005 es de un franco crecimiento del aparato productivo con estimaciones que superaran el 10% para el año 2004, con un decrecimiento de la inflación y una disminución significativa del desempleo, todo esto a partir de la consolidación del manejo de la industria petrolera en la búsqueda de una mayor integración a la economía nacional.

La diversificación de la economía se orienta a fortalecer el mercado interno, superando las disparidades sociales al consolidar una serie de programas denominados como las misiones, que van en la dirección de cancelar la inmensa deuda social acumulada. A los esfuerzos nacionales se une la integración a mercados en el sur del continente así como el reforzamiento de las relaciones bilaterales con una serie de países en otros continentes.

Las tres premisas básicas que orientan el presupuesto 2005 son: una tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 5%, un promedio de la cesta de exportación petrolera de 23 dólares por barril y una inflación promedio de 18%. Estimaciones hasta cierto punto conservadoras. Otra cifra se refiere a la suma de los ingresos ordinarios y extraordinarios que totalizan un monto para los ingresos y fuentes de financiamiento de 69,3 billones de bolívares equivalentes a un 30,9% del PIB.

Del total de los ingresos 78,7% pertenecen a ingresos corrientes, un 24,3% del PIB, siendo el resto de unos 14,7 billones de bolívares provenientes de fuentes de financiamiento. Por el lado de los gastos 69,7% son gastos corrientes, 21,3% gastos de capital y el resto unos 6,2 billones de bolívares en aplicaciones financieras. Del total de los ingresos corrientes ordinarios 50,6% provienen del sector petrolero. El total de los ingresos ordinarios es de 51,6 billones de bolívares (un 74,5% del total), correspondientes a 23,% del PIB, y el de los ingresos extraordinarios 17,7 billones de bolívares, esto es un 7,9% del PIB. De este último total de los ingresos extraordinarios corresponderá a ingresos corrientes extraordinarios 2,91 billones de bolívares, y el resto a las fuentes de financiamiento con 14,76 billones.

Es conveniente señalar las proporciones de los ingresos petroleros que suman un total de 26,13 billones de bolívares. De ese total el aporte del impuesto sobre la renta proveniente de dichos ingresos petroleros será de 9,68 billones, la segunda parte corresponde a la renta por hidrocarburos con un total de 13,61 billones y finalmente lo correspondiente a los dividendos de Pdvsa cuya estimación para el 2005 alcanza a 2,83 billones de bolívares.

Los rubros más significativos que contribuyen a los ingresos internos no petroleros son cuatro, en orden decreciente de importancia: el primero, el impuesto al valor agregado que aporta 13,19 billones, el segundo, el impuesto sobre la renta con 5,39 billones, el tercero, los impuestos de importación con 2,86 billones, y finalmente, el cuarto, el Impuesto al Débito Bancario con un monto de 1,92 billones. Este último impuesto luego de tres años de vigencia como extraordinario al pasar más allá de marzo de 2005 viene reclasificado como ingreso corriente ordinario o recurrente.

Vale la pena comentar el relativo lento crecimiento que ha tenido el impuesto sobre la renta (ISLR) en los últimos años al estimarse para el 2005 una tasa de 26,2% luego del salto que tuvo durante 2004 de 62,3%. Estos crecimientos dan pauta para la posibilidad de realizar un mayor esfuerzo de recaudación por los espacios aún sin considerar. Apenas el ISLR alcanza un 3,1% del PIB no petrolero. Este valor es menos de la mitad del impuesto al valor agregado, al consumo suntuario y ventas al mayor que se estima llegaría a un 7,5% del PIB no petrolero para el 2005. En cuanto al impuesto para las importaciones se encuentra por debajo del 2% del PIB no petrolero.

De las fuentes de financiamiento como fondos complementarios que requiere el Ejecutivo Nacional, lo correspondiente a programas y proyectos alcanza 5,72 billones de bolívares, un 39,3 del total, mientras que el servicio de la deuda alcanza un valor de 8,34 billones de bolívares con un 57,3% del total de las fuentes de financiamiento. El esfuerzo que se realizará en un número importante de programas y proyectos de inversión, dentro de la comúnmente denominada ¨Ley Paraguas¨ la cual por supuesto no incluye, ni por menos, la totalidad de solicitudes y requerimientos provenientes de los diferentes órganos de la Administración, y se orienta al proceso de reactivación ya iniciado durante el año 2004.

Con relación al concepto del gasto, del total de los 30,40 billones se consideran los así denominados como legales, un 43,8% del total. De ellos, 14,96 billones relativos al servicio de la deuda, 13,9 billones para las gobernaciones y alcaldías, que incluyen un situado constitucional estadal de 8,19 billones, y otro municipal de 2,06 billones. El Fondo Intergubernamental para la Descentralización (Fides) dispondrá de 1,97 billones y La Ley de Asignaciones Económicas Especiales (LAE) de 1,59 billones.

Dentro del gasto dedicado a los organismos del Ejecutivo Nacional los mayores montos vienen referidos a Educación y Deportes con 7,77 billones de bolívares, para Educación Superior 5,19 billones y para Salud y Desarrollo Social 3,95 billones, lo que suma 16,91 billones de bolívares. Si a estas cantidades agregamos lo relativo a otros sectores sociales a nivel del Ejecutivo Nacional, el total llega a 28,06 billones de bolívares, equivalente a un 12,5% del PIB. Cifra importante a la cual deben agregársele las contribuciones provenientes de los ejecutivos regionales y municipales. Todo ese gasto público expansivo contribuirá a reducir el tamaño de las desigualdades sociales existentes, dentro de la estrategia de inclusión que sigue el gobierno nacional. En ese marco las llamadas Misiones Sociales forman parte del necesario proceso de pago de la deuda social acumulada a través de los años.

Fijados así los lineamientos para el Presupuesto 2005 y las prioridades allí consideradas dentro de las políticas que sigue el Ejecutivo Nacional, es de esperar que su aprobación por parte de la Asamblea Nacional permita continuar con el proceso de recuperación productiva que ya es notoriamente visible a lo largo del 2004 y que seguramente continuará durante el 2005 y los años sucesivos.

Publicado en Quantum N.38