Clark, ex procurador de los Estados Unidos, dijo que su país de origen es una amenaza global que destina más dinero a sus milicias que todos los países combinados y que el fin de la inversión radica en asesinar personas gastando menos dinero.

Explicó que EE.UU. tiene en su poder 24 misiles con 10 veces el poder de la bomba de Nagasaki. Dichos misiles viajan a siete mil millas por hora y pueden ser controlados independientemente. En tal sentido, afirmó que EE.UU. representa una amenaza para todos aquellos países que desean desarrollarse, además de asesinar personas y al mismo tiempo causar daños irreparables para al medio ambiente con consecuencias que no son cuantificables, a través de las armas nucleares.

Sostuvo que EE.UU. aprobó la creación de una nueva generación de armas nucleares para las cuales ya destinó el capital necesario. El panorama en EE.UU., continuó, es controlado por las grandes corporaciones que intervienen en el congreso, los medios de comunicación social, milicia, capitales y presidencia; lo que evidencia una “hipocresía de democracia”.

De igual forma, las corporaciones promueven el consumismo, y eso acarrea la pobreza de todos, excepto las corporaciones que van creciendo cada vez más, que a su vez generan más empleos pero los salarios son más bajos, lo que no le da solución al problema de la pobreza.

Existe una cultura del entretenimiento en EE.UU., afirmó Ramsey Clark, una cultura que glorifica la violencia, el consumo y la concentración de riquezas. Como consecuencia de ello, las personas son amantes de la guerra, no hay sentido de culpabilidad alguna al asesinar personas. “La forma más efectiva de esclavitud es aquella donde el esclavo no sabe que tiene otra forma de vivir”, dijo para explicar el pensamiento de aquellos que generan las líneas de pensamiento en ese país. La paz es un tema central de supervivencia, apuntó, sin embargo en América del Sur actualmente hay un movimiento alternativo, finalizó.

El brasilero Emir Sader, doctor en Ciencias Políticas y profesor de la Universidad de São Paulo, abordó la discusión entorno a la paz desde la perspectiva cultural y afirmó que la doctrina política de EE.UU. no sólo se impone con las bombas, también lo hace a través del llamado America way of life, sus malls y criterios de evaluación que cuiden sus intereses.

Comentó que no importaba el éxito logrado al convocar multitudinarias manifestaciones en contra de la guerra, si no se impidió su ejecución y es por eso que “no podemos actuar frente a la masacre en Faluya”.

Explicó que el Foro Social Mundial es un escenario alternativo en donde se pueden crear un epicentro de cambio frente a las acciones de violencia, allí se puede luchar contra la alienación y alcanzar la autodeterminación de los pueblos con el fin de derrotar la hegemonía de Norteamérica con la idea de que otro “mundo es posible”.

Stella Calloni, escritora argentina y periodista para el diario La Jornada de México, explicó que actualmente los gobiernos están suscribiendo acuerdos de seguridad que las poblaciones no conocen y que coinciden con las doctrinas estadounidenses. “Ésta es una guerra sin fin y sin fronteras”, afirmó, y sostuvo que George W. Bush lo sentenció cuando declaró que se podía avanzar indiscriminadamente y en cualquier dirección tras los sucesos del 11-S. Castigó el silencio de América Latina sobre la situación que vive Colombia con la base de Manta y el Plan Colombia, así como también la operación Cóndor que se realiza cada vez que se trasladan prisioneros de Irak a Guantánamo.

Dijo también que América Latina es un sitio de reservas naturales, principal objetivo de EE.UU., por tanto los pueblos del mundo deben saber de que se trata la guerra expansiva que EE.UU. está llevando a todos los rincones del planeta, siguendo la doctrina Monroe. “Incluso, cuando se realizó la invasión a Irak, se tenía planeado penetrar en la triple frontera, en Iguazú, con la excusa de que se sospechaba de la existencia de un centro de entrenamiento de terroristas”. Intervino entonces Roberto Hernández acotando que la misma situación se había dado en Venezuela, en la isla de Margarita, por la supuesta presencia de una base de Al Qaeda.

El portugués Miguel Urbano Rodríguez, diputado y periodista militante del Partido Comunista Portugués, marcó su intervención con la idea de que si bien aproximadamente 25 millones de personas protestaron en contra de la realización de la guerra, hoy en día la cifra de personas que respaldan este tipo de manifestaciones ha disminuido notablemente y la manera de engrosar esos números es combatiendo la desinformación.
Se unió a la opinión del Presidente durante la apertura del Encuentro, en donde habló sobre la conformación de una red mundial que integre todos los organismos internacionales para poder conformar la solidaridad necesaria.

Rafael Uzcátegui, militante del Partido Patria para Todos (PPT), sostuvo que Venezuela demanda solidaridad ya que Bush colocó a Condoleezza Rice al frente de la Secretaría de Estado, para frenar cualquier tipo de emancipación de algún país.

Mientras tanto, la historiadora estadounidense Jane Franklin, subrayó que es a los barrios a donde se dirige EE.UU. cada vez que hace sus pruebas atómicas porque es allí donde se originan las revoluciones.
Richard Becker, co director regional del Centro Internacional de Acciones (IAC -por sus siglas en inglés-), afirmó que la pirámide de la riqueza estadounidense está desviando dinero de los trabajadores y de los pobres a los más ricos. Diez mil dólares es el costo por hora de la guerra es Irak y desde que comenzó y con todo el dinero que se ha utilizado en ella se hubiese podido arreglar la desnutrición del mundo y la pobreza, incluso dentro de los EE.UU.

Por su parte, el escritor, antropólogo y novelista cubano, Ezequiel Barneto, explicó que la economía del conocimiento, de la educación, debe ser implementada en todas las naciones en desarrollo, de hecho, la propuso como un nuevo orden mundial, y que a su vez incluya el comercio solidario como el que está realizando Venezuela con Cuba, servicios a cambio de petróleo. El comercio sin aranceles sería otra de las características para con justicia y ética, “detener el flagelo del hambre y la xenofobia”.

Bernardine Dohrn, estadounidense profesora asociada en leyes, directora y fundadora del Centro de Justicia Infantil y Familiar, propuso la conformación de redes internacionales, de una coalición, de una campaña en contra de EE.UU. así como un mapa con las bases militares estadounidenses en el mundo, para que las personas tengan acceso a esa información y puedan trabajar sabiendo donde se encuentra la amenaza.

Michel Colon, belga observador internacional en la guerra contra Yugoslavia, puntualizó que es necesaria la creación de nuevos contenidos que permitan conocer el otro lado de la historia, opuesta a la perspectiva imperialista. En el mismo orden de ideas, apuntó que la televisión popular debe ser organizada y darle un mayor acceso a quienes más la necesitan, cambiar su contenido y así poder cambiar el orden de pensamiento, lo que de ser así tardaría solo cuestión de minutos.